domingo, 17 de septiembre de 2023

VOTAR A LA "BULGARA"

VOTAR A LA “BULGARA”

España,  cuna de la novela picaresca, puede dar lecciones sobre las diversas formas de  convocar elecciones a la “búlgara”, Consiste en  lograr  los resultados que se deseen en las urnas. Aquí no se ha practicado habitualmente ese método de manipulación a la ciudadanía, pues no se necesitaba: “todo está atado y bien atado”, el Caudillo dixit. Se practicaba   la democracia orgánica  para  favorecer a  los golpistas del 18 de Julio. Eran tan torpes que los votos obtenidos   excedía el censo electoral. Fue  el precedente de la   manipulación de  las encuestas que hoy son  ejemplo de “rigor electoral”. Votar en el franquismo  era una perversión, pero  cuando lo exigía la presión internacional  se introducían las  papeletas  necesarias  y así salían elegidos  los “nuestros”.  Se educó a la población contra el “comunismo, separatismo y la masonería”, pero  cuando mendigamos  entrar en la CEE y  se nos  vigiló de cerca,    los resultados de las elecciones  ya no son  los deseados. El fraude  ahora hay que ocultarlo,   se  materializa a través de las   encuestas, pues predisponen el  voto a la medida de los deseos de quienes las encargan y pagan. Así  se vuelve a jugar con  cartas marcadas, pero con el aval  de los  medios internacionales  que difunden encuestas  de forma reiterativa y machacona con técnicas   de marketing   que terminan   creando opinión de  rigurosas y fiables. Realmente  se manipulan y  no son  inocuas, pues influyen  en la opinión de los electores, según lo  deseado. Incluso  influyen en  la participación y abstención  según los intereses de los  expertos.  Las encuestas arrojan   índices muy pobres de aciertos, pues si los resultados “a pie de urna” son  creíbles, detrás está “la cocina”, que significa que  el  diseño del resultado  está a priori prefijado  y  que arrojará  resultados muy diferentes a los reales. Pero eso es “pólvora del rey”,  pues su  objetivo  es  predisponer al elector hacia el candidato que interesa, aunque al final resulte un esperpentos si  se  analizan  las recientes elecciones. Y aun los políticos critican  el  creciente  desarraigo de la población respecto de la política y la abstención que  frecuentemente supera el de votantes. Es el castigo  de las masas contra  los  instrumentos  de manipulación del voto pues  vamos siendo  conscientes de que nos engañan, aunque  no hemos  adquirido  todavía el valor de exigir el control eficaz del sistema electoral.


 

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