TIENE ESPAÑA SOLUCION?
Es de actualidad este interrogante para solución del conflicto institucional al que nos han precipitado las recientes elecciones, pues una vez más el colapso institucional sólo tiene solución gracias al independentismo catalán de JxCat, frente a la otra alternativa de convocar nuevas elecciones. Esto muestra paradójicamente que la solución de la gobernabilidad española pasa, para desesperación del constitucionalismo más celtibero, por el independentismo catalán y vasco a los que combaten sin piedad. Ello les debería hacer reflexionar para actualizar el sistema que mantiene la unidad y el centralismo feroz del estado que unifica por la fuerza las diversas nacionalidades que componen el Estado español y que le ha sumido en un uniformismo que condena las diversas tradiciones de los pueblos y exige subsidiar muchas de ellas traspasando fondos públicos de las que tienen más riqueza. Esa política supone un flujo y convierte a los pueblos pobres en subsidiados eternos sin el orgullo de generar su propia autoestima. No se propone una utopía, pues se cuenta ya con infraestructuras muy desarrolladas que es la UE a la que se han transferido muchas competencias materiales y políticas, pero pendientes de la creación de la Confederación de Pueblos de Europa que liderarían las instituciones de la UE que potenciaría el traspaso de competencias aun en poder de los estados y que afecten a la idiosincrasia y personalidad de los pueblos y naciones que es la riqueza histórica de Europa. Supondría coordinar las diversas políticas sensibles, como un sistema militar único para evitar aventuras militares tan frecuentes. Diseñar una judicial ajustada a la idiosincrasia de cada pueblo, pero bajo principios de justicia universal. Se trataría de crear instituciones continentales adaptadas al siglo XXI abandonando las ya caducas del XIX. Es un objetivo esperanzador que exige forzar el brazo a las oligarquías que conforman las “Manos Muertas Españolas” de carlistas, liberales y aristócratas . Para ello se requiere una nueva generación de políticos que recuperen la filosofía de Aristóteles, Sócrates y Platón. Además, jubilar a los Pep Borrell, Feijoo, Abascal y olvidar a Felipe, Rajoy, Aznar entre otros jarrones inútiles y someter a referéndum una nueva constitución.
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