PARAR LA SANGRIA DE LOS INCENDIOS
Los políticos nos arruinan a causa de su ignorancia en este servicio público de tanto impacto económico y social como es la lucha contra el fuego, pues la política actual se basa en dedicar fondos públicos sin límite. Habría que refundar todo el sistema y diseñar una política preventiva cuidadoso con el medio ambiente y cambio climático. El panorama ya se inicia desolador en Castellón. Hay que valorar a los cuerpos de bomberos civiles quienes son los que saben, no los de la UME que sólo estorban. Es urgente una auditoría independiente cuantificando los costes y los perjuicios provocados a la ciudadanía fruto de la mala gestión. Se debería convocar una comisión nacional para replantear este fenómeno de tanto impacto sobre el medio ambiente. Se trataría de actualizar las funciones de los cuerpos de bomberos tanto las técnicas modernas de extinción como contratar nuevas promociones de expertos para cambiar el paradigma para extender su actividad a lo largo de todo el año para funciones preventivas , eliminando los contratos temporales.. Se deben diseñar accesos a los lugares hasta ahora inaccesibles. Hay que replantearse la protección de los bosques, los ciclos de la agricultura, la ganadería y de la montaña con una política eficaz de limpieza de los rastrojos origen de los pavorosos incendios. Se deben movilizar todos los nuevos sistemas de protección del medio ambiente para recuperar el planeta como espacio amable y habitable, pues no tenemos otro para realizarnos y las generaciones futuras. Debemos potenciar la autoridad y formación de los guardabosques, que además de vigilar y controlar, asesoren a los agricultores en temas de seguridad, auxiliarles eficazmente en emergencias tanto in situ como desde puntos de control remoto dotados de medios modernos para hacer frente a cualquier emergencia. Las magnitudes de todo tipo movilizadas el verano pasado en los incendios son insoportables, no generaron los efectos proyectados y en estas condiciones por mucho que se invierta en personal y medios, es imposible gestionar muchos focos simultáneamente en épocas de calor. Cuando se haga una evaluación real de los costes y resultados de esta actividad tan onerosa, mal gestionada por abandono de los políticos se evidenciará que, a pesar del sacrificio de los bomberos, no es una plaga bíblica inevitable.
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