viernes, 13 de enero de 2017

GUERRAS PERDIDAS ANTES DE INICIARSE



 GUERRAS PERDIDAS ANTES DE INICIARSE.
El general prusiano, Carl von Clausewitz, escribió en 1827 su delirante  obra “Vom Kriege”, “De la Guerra”. Desarrolla su doctrina encaminada a la máxima eficacia para destruir y arrasar vidas y bienes del enemigo. Produce escalofríos al analizar la insensibilidad y  frialdad  con las que describe sus métodos de guerra. De esa crueldad son  herederos los que provocaron las dos guerras mundiales con pavorosa destrucción. Se considera  libro de cabecera de los “patriotas”  en todas las academias militares del mundo para   desarrollar su “ciencia”., lo que evidencia que las guerras  siguen una estrategia de hace casi 200 años. Sólo que ahora los progresos  introducen tecnología  sofisticada que producen efectos indiscriminados devastadores en la población civil:  ahora son niños, ancianos, mujeres y pacíficos e indefensos ciudadanos  los que sufren sus efectos. Mientras, los militares profesionales nos “protegen” desde sus reactores, sus portaviones con misiles y bombas “inteligentes”·, que son capaces de discriminar entre  “buenos y los malos”. Sin embargo,  los militares hoy saben a priori que su estrategia les llevará al fracaso ante un enemigo que utiliza sistemas de combate que se basan en la movilidad y eluden  confrontar con ejércitos en línea que ideó Clausewitz. Las nuevas tácticas de guerra ignoran los planteamientos de masas de soldadesca y equipos que disparan armamento altamente destructivo, pero que masacra a  la población civil. En “Bahía Cochinos” la guerrilla  cubana dirigida `por Fidel y El Che derrotó a los “gusanos” apoyados por Marines. En Diem Bien Fu, los franceses tuvieron que huir  ante la eficacia de los guerrilleros. En Corea los aguerridos  “rangers y marines” fueron derrotados a pesar de la masiva intervención de profesionales que rociaban las aldeas con NAPALM . En el Viet Nam, a pesar de torturas y de diezmar a la población civil, los marines  dejaron más de medio millón de cadáveres.. Los métodos militares clásicos carecen de expectativa de éxito en la lucha contra los terroristas, pues su estrategia se basa en la  mayor simplicidad: ellos eligen el lugar y el momento y obliga a un despliegue inútil  de fuerzas que se limitan a amedrentar a la población con su parafernalia militar, paseando por  lugares concurridos para dar la sensación de que todo está controlado, aunque en vano, pues “los lobos solitarios” tienen siempre la iniciativa y golpean por sorpresa. Además que estos locos poseen el arma  más eficaz: saben que sus acciones producirán un baño de sangre y  ellos son  víctimas. Su muerte es la victoria que reciben como premio a su fanática inmolación. Haz el amor, no la guerra, soldado.


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