POLÍTICOS AL CONTAINER DE LA BASURA
A veces las expresiones metafóricas encubren hechos reales
que aparecen en su dimensión no creíbles por lo que significan. En unas
imágenes de la televisión ucraniana un grupo de manifestantes encorajinados se
manifestaban delante del Congreso. Cuando vieron salir a un hombre encorbatado,
con una cartera en la mano, se abalanzaron sobre él. En volandas lo llevaron a un container para la basura, lo
echaron dentro entre un tremendo griterío y sensación de euforia .La víctima se
defendía como podía, pero sin éxito: unas tomas muy claras le mostraban asustado,
revolviéndose, pero le echaron encima varias bolsas de basura, neumáticos
viejos, un líquido asqueroso y finalmente le embadurnaron con unos polvos
amarillos, dejándole en una situación cómica, lo que les sirvió de catarsis a aquella turba que le
había llevado a la basura. El locutor que describía la escena aclaró que la
víctima era un diputado que había presentado una propuesta de ley para
controlar a las masas cuando se manifiestan ante los edificios públicos o por
las avenidas principales, dificultando la vida normal de la población. El diputado
parece que también lo fue en el anterior gobierno de extrema derecha y que tenía a gala enfrentarse a los revoltosos. Tiene mucho
de simbolismo el poder ver que los políticos puedan ser arrojados a los
containers como si fueran despojos porque la población los considera inútiles y
por ello se les deposita entre los trastos viejos y sin valor. Viene a cuento y
es oportuno que se vean estos espectáculos grotescos en los que son
protagonistas las masas hartas de los cuentos y fantasías con las que los
políticos les quieren engañar. El gobierno de Rajoy ya se propuso elaborar un
proyecto para castigar con rigor cualquier tentativa de la población que
protesta delante de Las Cortes por los recortes en los servicios sociales
básicos y que los solucionan con la proporcionada y cuidadosa actuación de la
policía que arremete dando leña a ancianos, niños y gente que protesta por la
nimiedad de que les han desahuciado de sus viviendas, que son contrarios a que se privatice la sanidad o poder llevar a sus
hijos a la escuela y coman la dieta necesaria. Sería divertido ver a Gallardón
en un container por su empecinamiento en proponer leyes retrógradas. Quien no
participaría ilusionado en meter a Fernández Diaz en un cubo de basura por manipulador. Sonreiría Montoro dentro de una
papelera por decir que los sueldos crecen, cuando la realidad es lo opuesto. La
dificultad radica en disponer de containers suficientes para echar dentro a tantos
políticos corruptos y defraudadores y a
ministros que les dan cobertura. Es innegable que la iniciativa de los ucranianos
tiene un gran simbolismo por su originalidad y debería ser una pena a la que se
someterá a los políticos inútiles.
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