SER NEGRO EN FERGUSON
El Gran Jurado de Ferguson, Saint Louis, Estado de Missouri,
todos sus miembros de raza blanca, ha
declarado no culpable al policía blanco, Darren Wilson, al que se le acusaba de
matar a Michael Brown, ciudadano negro,
quien, según testigos, cuando le disparó el policíatenía los brazos en alto,
gritando que estaba desarmado. Al conocer la sentencia, Darrel manifestó que
esperaba ser declarado inocente y que si estuviera en la misma situación, actuaría de la misma
manera. O sea que, además de desalmado, cínico. No le valió de nada: el policía
le disparó diecinueve veces, de los cuales seis le impactaron, causándole la
muerte instantánea. Consecuencia de esa sentencia, la población salió a la
calle para manifestar su rechazo
creándose un gran caos, que la policía reprimió con la extrema contundencia,
considerándose que los disturbios han sido los más violentos de los últimos
años. Ante el cariz que están tomando los enfrentamientos entre la población y
policía, mayoritariamente de raza blanca, el Presidente Obama, de raza negra,
ha manifestado que comprende la frustración de la población, pero que rechaza
la violencia de la población como protesta. En USA la cuestión racial, que
ejerce la prepotente raza blanca sobre la negra, pobre y discriminada, no está
solucionada como parecía que querían mostrar los políticos como algo doloroso
ya pasado. Pero el fenómeno se complica al ser Obama el primer presidente de
raza negra, por tanto, le concierne personalmente la discriminación, pero una vez
más se demuestra que las esperanzas que abrigaban los negros de que Obama solucionara definitivamente la cuestión
racial era un canto al sol. Al margen de
demostrarse que las leyes sirven para que las sentencias judiciales
beneficien descaradamente a los blancos y las fuerzas policiales,
predominantemente blancas que actúan con impunidad porque saben que los jueces
y jurados emiten sentencias que les declaran inocentes, aunque las pruebas de
culpabilidad sean abrumadoras. La actitud pusilánime y falta de coraje del
Presidente, que inicialmente llenó de
esperanzas a los negros, inmigrantes y pobres, se ha convertido en una
vergonzosa retirada impotente para aplicar las leyes de igualdad de razas que
se logró por la presión del asesinato del reverendo Martin Luther King. Y, para
estimular a los negros porque las sentencias le son contrarias, Obama declara
que rechaza las protestas con violencia. Pero no la de los energúmenos policías
que disparan a personas indefensas o las interpretaciones legales injustas de jurados insultantemente formados
exclusivamente por blancos,