GURS: CAMPO DE INTERNAMIENTO.
Quien no tema y quiera conocer la verdad debería visitar
GURS, cerca de Oloron-Saint Marie. Al margen del sadismo y de las tragedias
allí sucedidas entre 1939 y 1945, que producen escalofríos, el visitante con
conciencia que quiera profundizar se encontrará
con que los que fueron allí internados, muchos de ellos vascos, lo fueron por
decisión de unos políticos sin conciencia sin otro atributo que la ambición y
el terror a los nazis. Todos los que ostentaron el poder en aquella época fueron culpables de la
negación de un mínimo de humanidad que se presume que todo ser racional posee
para distinguirse de las bestias.. Que Franco y sus acólitos fueron los que encendieron la mecha de la
rebelión militar contra la República Española y que reiterarlo hastía. Contribuyeron
a ese festival de la ignominia los que
miraron para otra parte y que mandaba en Europa, que por cobardía o por evitar complicaciones
políticas se limitaron a meras medidas caritativas para no ver que 60.000 seres
humanos sin culpa ni justificación eran hacinados con la complicidad de
Francia, tierra de asilo por excelencia.
Tampoco se libra Churchill, que optó por la no beligerancia criminal bloqueando
los suministros de armamento para no provocar a Hitler quien le amenazaba con invadirle. Son culpables los
militares y gendarmes que vigilaban con saña a los prisioneros como si fueran
bestias, bajo el mando supremo del “héroe” Mariscal Petain, acomodado en Vichy, quien, para hacer méritos fue más cruel de lo que le exigían los “boches”..
Sus herederos son los nuevos invasores
de Europa que ya han logrado la primera pieza: Grecia. Después, ya veremos
quiénes siguen o seguimos. Conviene acudir
con conciencia para imaginarse lo que
sucedió en aquellas instalaciones que ahora ofrecen al visitante un estilo
bucólico y sentimental. Pero quien sabe si escarbando un poco en las
conciencias se descubran océanos de sangre derramada por los que dieron la vida
por unos ideales y que al visitante que acude para saciar la curiosidad y llenar unas
vacaciones con morbo les pueda crear un conflicto que cambie su vida. O exclamen que “algo harían…”, como el slogan de
los que consideran que no merece la pena revolver el pasado. Visitar GURS
debería ser para los vascos un acto de justicia para homenajear a todos los que
allí padecieron y murieron, especialmente a nuestros compatriotas.