LEGISLAR EN CALIENTE.
Parafraseando a Voltaire, “ no sé cuando un político es más
necio que cuando legisla en caliente”. En este país se apela de inmediato a
declarar inconstitucional a lo incómodo para los que mandan, aunque esas
situaciones se producen son frecuentes,
pero no pasa nada. Los asesinatos de mujeres a manos de psicópatas que han
cumplido sus sentencias y salen libres no pueden ser sometidos a vigilancia ni controlados por ser inconstitucional. El sistema judicial ignora
cómo enfrentarse a esa compleja lacra y
se decanta por el método fácil de incrementar
irracionalmente las penas en el código penal. Mientras, expertos y jueces cometiendo infinidad de errores y
negligencias pierden el tiempo con
disquisiciones exotéricas y teorías extrañas
tratando de evitar que reincida, cosa muy improbable, pues las investigaciones de
psicología así lo evidencian. La policía no sabe qué hacer en la fase preventiva que es
la crítica y se dedica a marear la
perdiz con pulseritas y dando palos de ciego; cuando el asesino logra una pieza
se convoca a la población delante de los ayuntamientos con la bandera a media asta, un minuto de
silencio, a la espera del próximo
psicópata.. La ciencia no tiene respuesta eficaz a la legislación que ordena liberar a quienes se ignora si están
rehabilitados habiendo cumplido la pena. El problema es que en psicología la pena
no puede expresarse en términos temporales precisos, sino que está condicionada a factores médicos,
por tanto implica un alto un riesgo su liberación
en determinados casos. En psicología la
constitucionalidad de las leyes no tiene aplicación automática y deberá ser
matizada para evitar tener que lamentarse.. También es inconstitucional la tortura,
tener cuentas en paraísos fiscales o que
los políticos cobren en B y otras muchas irregularidades y se hace la vista gorda porque de lo contrario,
se llenarían las cárceles de políticos y policías.
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