SI NON E VERO E BEN TROVATO.
Todo el repentino cambio de gran parte de ministros que ha conmocionado la vida política del país les ha parecido a muchos de los sesudos politólogos que nos explican la lógica de las cosas, que lo de Sanchez ha sido una “escabechina” Otros, que no ha sido entendida y considerada no tan excesiva a pesar de ser analizado explicando todas las variables que ellos sólo conocían. Le atribuyen a Ivan Redondo haber urdido una candidatura para defenestrar a Sanchez en el próximo 40 Congreso Federal del PSOE para enviarle a las tinieblas. Parece que supervaloran al maquiavélico guipuzcoano. Esos eternos informados descubrieron que los conspiradores necesarios eran los ministros Abalos y Carmen Calvo y contarían con la tradicional colaboración de los presidentes díscolos de Aragón y Castilla La Mancha. Descubierto el complot, Sanchez nombra al poderoso Santos Cerdán Secretario General de Organización del PSOE y destituye del cargo a Abalos quien aparece abatido y sorprendido. Carmen Calvo se entera de su cese por la prensa, que es la forma más cruel de ser despedido. Con Santos Cerdán y la incondicional Adriana Lastra nombran a la aragonesa Pilar Alegría ministra de educación y a la manchega Isabel Rodriguez portavoz del gobierno, con la idea de prepararlas para sustituir a sus respectivos y problemáticos barones García Page y Lambán. Se trataría de formar un ejecutivo fuerte y cohesionado sin Podemos, convocar elecciones anticipadas dentro de un año aprovechando las sinergias de la llegada de los Fondos Europeos, y la euforia de la fase expansiva de la salida de la pandemia. Es verosimil, pero cuesta creer que Sanchez, que ha cometido tantos errores, sea capaz de urdir una operación tan elaborada como le atribuyen los que viven de diseñar juegos florales. Más bien hay motivos para sospechar que estaba analizando las sombrías expectativas de la pos pandemia, las pésimas encuestas electorales, la presión del Ibex 35, que tiene que contar necesariamente con los nacionalismos y que para el PSOE, Podemos más que una ayuda es una lavativa. Lo que parece evidente es que, salvo un milagro, la derecha anuncia que está en puertas y viene a quedarse.