DEGOLLAMIENTOS TELEVISADOS EN DIRECTO.
Uno siente espanto
ante el espectáculo en directo en el que un iluminado amenaza a un rehén con un
puñal, que más tarde servirá para degollarlo, quien hace una confesión patética
acusando de su muerte a dirigentes políticos occidentales que han invadido repetidas veces países islámicos.
Los rehenes llevan una bata color naranja, curiosamente coincide con el color
de las de los prisioneros islámicos en la base de Guantánamo en la que están
encarcelados desde hace años multitud de ellos, sin juicio ni expectativas de
que se celebre. Se han podido ver videos y fotografías de los prisioneros y el
trato inhumano y degradante al que se les ha sometido en la cárcel de la costa
de Cuba. Tanto, que el mismo Obama reconoció que “se torturaba realmente”, que
se iba a clausurar esa prisión, pero que los torturadores no serían juzgados
porque no era el momento adecuado. Guantánamo sigue en activo, los prisioneros
continúan en el limbo judicial bajo los cuidados de eficaces y celosos carceleros que cumplen
fielmente con la misión encomendada por sesudos generales y fríos estrategas
del Pentágono y el Nobel de la Paz, Obama. Al hilo de estas reflexiones, vienen
a la memoria imágenes tomadas a presos islámicos en la cárcel de Bagram, en Afganistán. Además de crueles,
había intención de humillar las creencias religiosas de los presos que
atentaban contra sus principios filosóficos tan profundamente arraigados entre
los seguidores del Profeta. Si a ello se añade que recientemente Israel ha
arrasado por cuarta vez la Franja de Gaza, masacrado a dos mil palestinos, de
los cuales más de 400 eran niños. Que Obama ha justificado la “heroica” gesta
del Tsahal, limitándose a sugerir moderación, pero sin la mínima compasión por
la muerte de seres inocentes, uno se siente decepcionado a la vista de las
atrocidades de los yihadistas que montan un show publicitario para asesinar a
un ser humano y darle un tono ejemplarizante. Pero que dirigentes de USA,
Inglaterra, Francia, España entre otros países se escandalicen ante esas
barbaridades y quiten importancia al trato en sus cárceles a prisioneros con tanta
crueldad y deprecio de los derechos humanos y
justifiquen las salvajadas como las que comete Israel en Palestina,
clama a la sensibilidad de las conciencias y habrá quien esté de acuerdo con la
máxima del Antiguo Testamento: “Ojo por ojo…”.
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