LA INSOBORNABLE INDEPENDENCIA DE LA PRENSA ESPAÑOLA
Los editoriales empalagosos de los medios de comunicación
referidos al fallecimiento del presidente del Banco de Santander son una prueba
inequívoca de la objetividad y rigor de los medios de difusión nacionales.
Ninguno se mostró crítico con su figura y todos
incluyeron serviles panegíricos del virtuoso al que “no le gustaba el
dinero”, según editorializaba un poderoso medio, como si se tratara de un
bienhechor al que se le debe su existencia. No se trata de una metáfora: no
habrá ningún medio de comunicación que no esté financiado por el Sr. Botín y
que su supervivencia estaría condicionada a que las deudas le sean ejecutadas,
pues la situación financiera de los medios de comunicación es tan delicada, que
si se les exigiera el pago de sus deudas vencidas y no pagadas, desaparecería
el sistema de información en España. Por eso, leer o escuchar las alabanzas que se le hacen a la persona que les mantiene
vivos resulta penoso y uno puede comprender
las razones por las que las noticias en determinados ámbitos sean tan sesgadas
y produzca en el público la sensación de que los profesionales del periodismo
son indocumentados que no se enteran de lo que
para la población es noticia de primera magnitud, pero que los
directores de prensa deciden pasar a páginas interiores o simplemente ignorar
cuando puedan ser críticas con “La voz de su Amo”, quien les da el pienso y no
les aprieta el lazo que les tiene puesto en el cuello si son dóciles y cumplen los “pactos de no
agresión”. Los medios de difusión no son negocios con objetivos económicos en sentido estricto, pero si son inversiones estratégicas, pues es condición de que todo grupo financiero debe
poseer los medios de difusión necesarios para difundir sus mensajes, para
controlar la opinión pública relacionada con sus objetivos, y en último extremo
que le sirvan de caja de resonancia y de defensa en los casos en los que haya
riesgos no previstos que puedan incidir en el buen nombre y la fama de la
entidad o de sus consejeros. Por eso los directores y empresarios de prensa se
sienten moderadamente seguros y sólo tienen que mostrarse dóciles si reciben alguna “sugerencia”. Por otra parte, “de bien
nacidos es ser agradecidos” y no cuesta en exceso honrar los restos fúnebres
del “padrino”, pues en vida sólo exigió “respeto”, aunque siempre con la
amenaza de recibir “il bacio de la morte” si no se le besaba la mano.
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