LA LECCION DEL CONVENIO DE MERCEDES
Ha sido una negociación desigual porque suponía oponer la potencia de una multinacional y su entorno mediático rodeada de una muralla defensiva, frente a los trabajadores que venden su esfuerzo. Para ilustrar, he aquí los datos básicos de Mercedes Daimler Benz AG en 2021: Facturación: 168.000 miillones de €. Beneficios netos: 14.180 millones. Trabajadores: 172.000 (En 2018 eran 298.000). Es la mayor empresa de E. Herria en relación al número de trabajadores e impacto sociolaboral. Las negociaciones del convenio y las circunstancias por las que se ha pasado no han sido equitativas, a pesar de que las condiciones laborales de Mercedes son envidiables en comparación con la generalidad de las de E.H. y no digamos de España. Sin embargo, la mayoría de la plantilla ha tenido la duda de aceptar las condiciones del convenio de la empresa que incluía una inversión de 1.200 millones que garantizarían la continuidad de la empresa, o la alternativa a dejarla languidecer. Evidentemente, emitir un punto de vista sobre la negociación del convenio este asunto no sólo se refiere a información económica o laboral, sino también aspectos humanos y justicia social por ello no es tan sencillo, y más si se tiene en cuenta que la empresa es un referente para la sociedad vasca. Poner a los trabajadores a tomar una decisión tan compleja en posición de desventaja frente a la empresa que cuenta, además, con el apoyo de la opinión pública mediatizada por el GV, patronal y casi toda la prensa, supone una posición para lo que los trabajadores no tienen suficiente información aunque el derecho a la huelga y la capacidad de defensa de los sindicatos hayan sido patentes como lo han demostrado, dando una imagen formal de equilibrio entre las partes. Pero no lo es, pues la opinión pública ha provocado la lluvia fina de “abuso del buen patrón” en contra de los sindicatos abertzales, con Iñaki Anasagasti de monaguillo.. No se puede dejar a la ciudadanía ante la responsabilidad de negociar bajo la amenaza sutil con la manipulación de la información que existe en los medios sociales y políticos. Equivaldría a dejar a la opinión pública la decisión de salvar a la banca con fondos públicos, duplicar el gasto militar o aprovisionar de armamento a Ukrania para la guerra.