viernes, 14 de febrero de 2014

MARTINEZ CAMINO EXCOMULGA A LOS ABORTISTAS


MARTINEZ CAMINO EXCOMULGA A LOS ABORTISTAS.
Ya era hora que una autoridad sin complejos decida declarar que los que abortan quedan excomulgados ipso facto. Incluso son reos de dicha pena los que utilizan preservativos para evitar la concepción. Dicen sus expertos teólogos que la mejor forma de evitar los embarazos no deseados es la abstención. Por tanto, este iluminado  condena a los que matan a no nacidos, pero no a los que matan a los ya nacidos, como sucede en Siria o como  con infinidad de niños que mueren de hambre o a niñas que tienen que supervivir por medio de la prostitución. A esos  culpables que causan esas masacres inhumanas no se les excomulga. Y lo dice claro: incluso en caso de violación el aborto no está permitido, sugiriendo a la que haya sido víctima que lo entregue a otra que lo desee y no pueda concebir. Este tipo de fanático que se atribuye el derecho a prohibir participar como miembro del pueblo de Dios a determinadas personas, forma parte del núcleo que tomó el poder de Roma en Trento y no lo ha dejado a pesar de que a los creyentes adultos, que están correctamente formados en la fe y que son reflexivos, les consideran pastores ilegítimos. A esos creyentes en los evangelios les parece que es más importante lo que les dicta su propia conciencia que todas las doctrinas pseudo teológicas que carecen de base científica alguna que las sustente y que supone interferirse en el campo de la biología, medicina y otras ciencias  profanas que les son  ajenas, pero que, como con Galileo, a  quien  la Inquisición le obligó a retractarse públicamente por tener la osadía de afirmar que el sol giraba alrededor de la tierra, cuando su ciencia le había llevado a demostrar lo contrario. Dando una muestra de falta de coraje aceptó salvar su vida a cambio de ir contra su conciencia, aunque, como sabio que era,  expresó crípticamente su ironía que le ha dado gloria “eppur si mouve”. Quinientos años después la Iglesia reconoce que el es la tierra la que gira alrededor del sol. Menos mal que ha aceptado lo que la ciencia ha demostrado, aunque haya tardado un poco. La jerarquía eclesiástica es insaciable: históricamente se constituye como un estado más con todos los atributos de tal, declara guerras, quema a los que no obedecen sus doctrinas, obliga a los laicos a seguir sus normas aunque no sean creyentes o pertenezcan a otras creencias, apoya a regímenes totalitarios, no pide perdón a las víctimas causadas con su participación y exige a los gobiernos que dicten leyes de obligado cumplimento a toda la sociedad tenga o no creencias. Ya lo dice el cínico: “No se pueden quitar las rayas al tigre”

No hay comentarios: