LA ONU, LA IGLESIA Y LA PEDOFILIA.
El Vaticano se siente sorprendido e irritado porque El Comité de Naciones
Unidas para Protección de los Derechos de los Niños ha denunciado a la Iglesia
Católica por adoptar políticas que permitieron
que sacerdotes acosaran y abusaran de niños favoreciendo la impunidad de los culpables.
Critica “El código de silencio” que encubrió curas pederastas. Por descubrir y
pedir responsabilidades dicho Comité, la Iglesia se “irrita” y aduce los
clásicos argumentos de mal pagador para
defenderse. Es incomprensible la reacción de la Iglesia ante esa denuncia por
esa actitud encubridora que hace a la jerarquía cómplice de esos abusos. Aduce
el observador permanente de la Iglesia en la ONU, Silvano Tomasi, que existen
lobbies críticos que deforman la
realidad, pues se ha retirado a varios sacerdotes condenados y a obispos por encubridores. La
actitud de la Iglesia respecto a la pederastia ha sido tradicionalmente entre
cínica y arrogante y se coloca ante la opinión pública del mundo como que está
sobre el bien y el mal. Es lamentable que la ONU haya dilatado su denuncia
durante tanto tiempo, pues debería haber presentado denuncias ante los
tribunales de los países en los que se han producido denuncias contra esos
curas que han abusado de niños indefensos. La reacción del Vaticano de sentirse
“irritado” por la denuncia de un Comité que protege a los niños es insultante
para los fieles creyentes católicos alos que les parece bochornosa la defensa y la
ocultación de pastores indignos, quienes deberían haber sido de inmediato
denunciados ante los tribunales ordinarios por la propia iglesia y haber sido
desposeídos ipso facto de sus ministerios.
Según la Congregación de la Doctrina
de la Fe han sido retirados alrededor de mil curas, pero conviene dar a conocer
que varias diócesis en USA están en bancarrota por las indemnizaciones a las
que les han condenado los tribunales ante los que los que las víctimas de la
pederastia han recurrido y ganado sus pleitos.
En todo colectivo se producen desviaciones y abusos, pero lo intolerable es la actitud del Vaticano de
mantenella y no enmendalla, lo que hace poco creíble la voluntad del Papa
Francisco de abrir puertas y ventanas para que entre aire fresco aunque para
ello haya que atravesar el calvario que obligan años de tradición de impunidad
y golfería por parte de la jerarquía al mantener a los fieles en un limbo
mental bajo no se sabe qué penas que se
inventan para que el manso “rebaño de ovejas” no se descarríe. Ya está la
jerarquía para dirigirlo con la ayuda de mastines sumisos y sin sentimientos.. No dice el
Evangelio “Dejad que los niños se acerquen a mi, porque de ellos es el Reino de
los Cielos?”
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