jueves, 13 de febrero de 2014

LOS JUECES PONEN SUS BARBAS A REMOJAR



LOS  JUECES PONEN  SUS BARBAS A REMOJAR.
A causa de la baja valoración  de la opinión pública de los jueces en España, éstos están llevando a cabo una campaña de divulgación  para  popularizarse, despertar simpatías e invertir el rechazo que la ciudadanía contra ellos. Siempre han mantenido una actitud soberbia y distante, lo que les ha valido estar entre los colectivos peor valorados y ahora  les preocupan. Esa es la causa de que el insensible y arrogante Grande Marlaska acude a una entrevista en la TV y expresa una situación idílica en la judicatura, aunque parezca que emite sus sentencias sin sensibilidad y como  un trámite más. Los poderes judiciales han suspendido al juez Elpidio Silva por haberse mostrado independiente y por enviar a prisión a Blesa porque  a su juicio, existen claros indicios de haber cometido graves  delitos cuando fue presidente en Bankia. Han expulsado de la carrera a Garzón porque trataba de lograr gloria procesando a personalidades internacionales por “crímenes contra la humanidad” de acuerdo con la doctrina de “ justicia universal”, mientras, en su juzgado se  acumulaban causas sin resolver, siendo sus instrucciones  más endebles que un cuento chino.. Su pasión por la notoriedad le hizo olvidar que muchos de los acusados por terrorismo que denunciaron haber sido torturados en los interrogatorios en comisaría,  sin haber abierto diligencias contra ninguno de los presuntos torturadores.. El juez Javier Gómez Bermúdez, quien también desea  tener un minuto de gloria acudiendo a un programa en prime rate como divo,  se dedica a alardear de duro, mostrándose faltón porque se considera impune, buscando darse un baño de multitudes. El Juez Castro, con una actitud honorable, defiende su función que tiene un alto riesgo y que asume con naturalidad. Es preciso recordar al anterior presidente del Supremo, Carlos Divar, quien tuvo que dimitir por malversación de caudales públicos, pero que exigió que se le pagara una pensión vitalicia de más de ocho mil € mensuales, además de la de jubilación, porque parece que existía un pacto oculto con el gobierno. La sentencia del TEDH interpretando la “Doctrina Parot” como una práctica ilegal  han tenido que aceptarla los jueces con  actitud humillante y se defienden ridiculizando a los jueces que lo componen.. Se lamentan de que son pocos y que están agobiados. Deben ser sólo algunos, pues son continuas sus pariciones en tertulias radiofónicas, son profesores y otras funciones más, pero que no realizan la suya propia que es enjuiciar.  Van a tener que hacer muchos ejercicios de contorsión para que logren borrar la mala imagen que se han ganado a pulso durante su cómodo destino.  Es hora de los Jurados Populares.

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