sábado, 22 de agosto de 2015

TENER LOS GOBERNANTES QUE NOS MERECEMOS



TENER LOS GOBERNANTES QUE NOS MERECEMOS.
Decía el saboyano Conde Joseph de Maestre en 1814 en su Ensayo sobre el Principio Generador  de las Constituciones Políticas, que “los pueblos tienen los gobernantes que se merecen”. Realmente es una frase ingeniosa, que puede ser útil para llamar la atención, pero no tiene nada de realista y puede valer también en su sentido opuesto, es decir, que los pueblos no se merecen los gobernantes que les dirigen. Se merecieron los alemanes tener un Kantzler como Adolf Hitler, que les llevó al desastre en la guerra mundial? Los yankis hicieron méritos  para soportar como Presidentes a los Bush, a Reagan, a Clinton, a Truman, Nixon o el encantador de sirenas, el negro Obama? Franco nos tocó en una rifa?  Stalin fue providencial por inventar las deportaciones de los rusos malos a Siberia y que liquidó la URSS  en el 89 gracias a la opinión del pueblo ruso? Y de Berlusconni, qué habría que decir sin ensuciarse la boca con sus aventuras de ”Cavaliere viejo verde”?” . Y del Duce Mussolini, el payaso que iba a recuperar para los italianos el Imperio Romano? Quien nos negará el prestigio de presidentes tan emblemáticos como Suárez, Felipe, Aznar, Zapatero, Rajoy, Arias Navarro, Carrero Blanco…? Que no se  oculten a los profundos y reflexivos  españoles las alegrías de Rita Barberá. Zaplana, Sonia Castedo, Susana Diaz, Fraga, la Botella, Manolo Chaves, Griñan, Barcina, Cospedal, Rajoy, Rafael Hernando, Rato, ..Todos estos y estas políticos y políticas  se los/as merecen el pueblo? Dice el  conservador saboyano en su ensayo que los pueblos crean los sistemas en los que se forman la ciudadanía y que es de una lógica aplastante que los gobernantes sean un fiel reflejo de la población en la que adquieren su ideología…, verdad muy relativa, pues parece que quiere mostrar que las élites surgen del seno del colectivo, cuando son siempre de estirpes seleccionadas por su genealogía o por tratarse de individuos que han logrado escalar en la pirámide social a puestos privilegiados, aunque realmente son mentes seleccionadas a las que los grupos sociales promocionan para que  sirvan a sus intereses de clase  y por tanto, que no tienen nada que ver con la afirmación con escaso  fundamento de tan vulgar pensador como el Conde de Maestre..

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