Tienes razón Javier: no se puede tener el corazón com una piedra, pues
la Iglesia es ante todo madre y el evangelio no dice nada de condenar a
los que se divorcian, pero sí mucho de la misericordia y del amor.
parece ser que para ser obispo hay que ser duro y sabeer mucho de
teología, pero nada sobre el amor, la misericordia y la comprensión de
que se pueda cometer un error y que se pueda rectificar un error. Si
hubiera que analizar los errores de Munilla, no habría espacio
suficiente.
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