viernes, 6 de noviembre de 2015

Tienes razón Javier: no se puede tener el corazón com una piedra, pues la Iglesia es ante todo madre y el evangelio no dice nada de condenar a los que se divorcian, pero sí mucho de la misericordia y del amor. parece ser que para ser obispo hay que ser duro y sabeer mucho de teología, pero nada sobre el amor, la misericordia y la comprensión de que se pueda cometer un error y que  se pueda rectificar un error. Si hubiera que analizar los errores de Munilla, no habría espacio suficiente.

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