domingo, 8 de noviembre de 2015

LAVAR LA MALA CONCIENCIA



LAVAR LA MALA CONCIENCIA
En una ceremonia llena de glamour, con la presencia del Presidente del Parlamento Europeo y  algunos primeros ministros  en la que se celebraba la concesión del status legal de refugiado a  19 refugiados,  es el precedente para que el  portavoz del  Gobierno Vasco haga pública la llegada de tres emigrantes procedentes de Eritrea,  asignados  por las autoridades de la UE. Tres, la cifra es correcta. Es la solución que aportamos a la tragedia de millones de seres humanos que huyen de sus países a consecuencia de las guerras que  se declaran entre sí los políticos que lideran los estados y ejecutan militares con armamento sofisticado, causando el horror a masas  de personas que huyen en frágiles embarcaciones condenadas a naufragar causando escenas dantescas que la agresiva prensa se encarga de ponernos a diario  en pantalla la dosis  para provocar el morbo y nos emocionemos con escenas de niños ahogados en las playas o policías que reprimen a madres con bebés en sus brazos tratando de saltar las vallas fronterizas en busca de no se sabe qué.. Los vascos  limpiamos nuestra mala conciencia que nos causan las imágenes que toman periodistas que hacen de la tragedia su modus vivendi. También las autoridades  europeas y las de los diferentes estados aportan su eficaz ayuda: algunas  desplegando en sus fronteras al ejército para contener las avalanchas de los desesperados que tratan de entrar, muchos de ellos que no son “trigo limpio”,  Cardenal Cañizares dixit. Ahora, pasado el impacto morboso de la noticia, las imágenes de las operaciones de salvamento de náufragos de embarcaciones hundidas ya no son espectaculares. Es lo negativo de las tragedias humanas: inicialmente causan sensación, pero, de tan crueles, nos aburren y dejan deinteresarnos, por lo que los medios de difusión tienen que buscar alguna   nueva con arrastre para que la fiesta no decaiga. Los vascos nos sentimos satisfechos porque creemos que hemos contribuido a la solución de un problema que nos es ajeno, pero que nuestro proverbial sentido de la  solidaridad nos estimula a participar como lo estamos haciendo: con  limosnas apelando a la caridad o denunciando abusos de otros países  con cartas a la prensa. Nosotros nos quedamos con tres emigrantes que se sienten agradecidos. Europa con 19, pero  se responsabiliza por los más de un millón que se arrastran por toda Europa sin esperanzas.?


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