viernes, 27 de noviembre de 2015

LA SOBREINFORMACION: ARMA DE TERGIVERSACION MASIVA



LA SOBREINFORMACIÓN: ARMA DE  TERGIVERSACION MASIVA
Fue al siniestro Joseph  Göbbels a quien se le ocurrió el método de agobiar a la opinión pública por medio de un flujo asfixiante y  continuo de información, verdadero o falso, era irrelevante, para mantener a  la población  desinformada,  según directrices del Reich. Hoy nada nuevo. Viene al hilo por la insufrible y trivial presión informativa a  la que  están sometiendo los medios de difusión a la población  respecto al salvajismo de fanáticos   causando víctimas inocentes con  graves consecuencias  en Francia y en todo el mundo. En un programa de TV su director se recrea revolviendo la información de  los sucesos mezclando imágenes sanguinolentas, gente despavorida haciendo  declaraciones llenas de terror, vengativas y con escaso sentido a veces, mezcladas  con las exageradas y poco reflexivas de los contertulianos en el plató. Contactó con un profesor de psicología al que solicitó su opinión.  Respondió con respeto, pero con coraje, acusando a los medios de difusión de crear una psicosis de miedo e indignación entre la población al publicar rumores sin base y puntos de vista de pseudoexpertos carentes de conocimientos, sólo  conjeturas. El profesor denuncia a políticos que buscan  popularidad aunque sin argumentos lógicos. Acusa que la crispación ciudadana tiene su origen en la escasa capacidad del periodismo para desarrollar una línea lógica informativa que  aporte criterios fundados a la ciudadanía, utilizándola como vehículo manipulador. Le parecía un escándalo que cualquier medio de difusión que se conecte emite noticias de manera reiterativa, compulsiva y sin contrastar, lo que hace que los que las escuchan o lean en lugar de información, son desinformados y que lo hacen bajo el argumento del sagrado derecho a la libertad de prensa. El periodista se quedó helado ante las acusaciones que inesperadamente le hizo,  saliendo del paso aceptando que la prensa era “en algún sentido” responsable de la crispación creada. Puso de inmediato punto final a la conexión acusatoria del catedrático y para cerrar dijo a título de ocurrencia: “Gracias por su intervención y  procure que no le  manipulen los medios”  Fue la vengativa  respuesta  por denunciar al manipulador miembro de la prensa al que puso en su lugar: las sentinas.


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