LA SOBREINFORMACIÓN: ARMA DE TERGIVERSACION MASIVA
Fue al siniestro Joseph Göbbels a quien se le ocurrió el método de
agobiar a la opinión pública por medio de un flujo asfixiante y continuo de información, verdadero o falso, era
irrelevante, para mantener a la
población desinformada, según directrices del Reich. Hoy nada nuevo.
Viene al hilo por la insufrible y trivial presión informativa a la que están sometiendo los medios de difusión a la población
respecto al salvajismo de fanáticos causando
víctimas inocentes con graves
consecuencias en Francia y en todo el
mundo. En un programa de TV su director se recrea revolviendo la información
de los sucesos mezclando imágenes sanguinolentas,
gente despavorida haciendo declaraciones
llenas de terror, vengativas y con escaso sentido a veces, mezcladas con las exageradas y poco reflexivas de los
contertulianos en el plató. Contactó con un profesor de psicología al que
solicitó su opinión. Respondió con respeto,
pero con coraje, acusando a los medios de difusión de crear una psicosis de
miedo e indignación entre la población al publicar rumores sin base y puntos de
vista de pseudoexpertos carentes de conocimientos, sólo conjeturas. El profesor denuncia a políticos que
buscan popularidad aunque sin argumentos
lógicos. Acusa que la crispación ciudadana tiene su origen en la escasa
capacidad del periodismo para desarrollar una línea lógica informativa que aporte criterios fundados a la ciudadanía,
utilizándola como vehículo manipulador. Le parecía un escándalo que cualquier
medio de difusión que se conecte emite noticias de manera reiterativa,
compulsiva y sin contrastar, lo que hace que los que las escuchan o lean en
lugar de información, son desinformados y que lo hacen bajo el argumento del
sagrado derecho a la libertad de prensa. El periodista se quedó helado ante las
acusaciones que inesperadamente le hizo, saliendo del paso aceptando que la prensa era “en
algún sentido” responsable de la crispación creada. Puso de inmediato punto
final a la conexión acusatoria del catedrático y para cerrar dijo a título de
ocurrencia: “Gracias por su intervención y
procure que no le manipulen los
medios” Fue la vengativa respuesta por denunciar al manipulador miembro de la
prensa al que puso en su lugar: las sentinas.
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