LA HISTORIA DE LOS IMPERIOS SE REPITE
A lo largo de la historia de la humanidad la existencia de
los imperios ha sido una constante que demuestra que nada es nuevo, que todo se
repite como los ciclos en economía o las
fases lunares. Los “emperadores”, no se han distinguido por su perspicacia y originalidad, han
cometido los mismos errores, lo que les ha llevado a ser derrocados
sucesivamente por el que le sigue. Quizá se deba a que la prepotencia atrofia
las meninges y hace que no se cultive la capacidad de reflexión. Todos los imperios han tenido inicialmente
una fase explosiva que invade todo lo que le rodea. A continuación viene otra
de consolidación o expansión ordenada que crea riqueza, la distribuye y
estimula la popularidad del Consul, Führer, Conducator, Duce o Caudillo y demás
iluminados que se consideran tocados por los dioses. Después se inicia la fase de crisis, fruto de
la falta de estímulos de la población, cayendo la Nomenclatura en el narcisismo
más empalagoso, los hijos de los grandes inversores que se enriquecieron con
los negocios que propiciara el Imperio cultivan el far niente, se entusiasman
por el arte decadente y terminan abrumados por el tedium vitae. Detrás, a la
espera, están las huestes bárbaras, salvajes, sedientas de venganza y con
hambre acumulado de años. Atacan al imperio y pronto lo laminan sin compasión. Los intelectuales que se
subieron al carro en los tiempos de auge, ahora empiezan a ser críticos y ponen
en duda la legitimidad del poder que fue quien les amamantó. Se inician las
deserciones. Ya el Führer se llama Obama, Merkel, los medios de invasión y control de los
espacios que serán “democratizados” son la Luftwaffe, la US Air Force, los
Marines, el BEC, el FMI, la OCDE con el concurso de las multinacionales actuando de agentes de penetración en todos
los rincones del mundo. Estos líderes que dominan el universo se enredan en la tela de araña creyendo que su
gloria será eterna y que poseen el elixir para perpetuarse. Son unos necios, pues además
de desconocer la historia de sus ilustres maestros, que sistemáticamente
terminaban envenenados, ahorcados o descerrajándose un tiro en el bunker de Berlín
o agonizando en El Pardo, no se han enterado de que son los pueblos y las naciones los que no mueren a pesar de las
fantasías de los imperios..
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