SANCIÓN A S..& P. POR MANIPULAR INFORMACION
Noticias de prensa informan que el Departamento de Justicia
de USA ha impuesto una sanción de 1375 millones de $ a la agencia calificadora
Standard & Poor´S por “haber
defraudado a los inversores al inflar conscientemente la supuesta calidad de
activos financieros de alto riesgo…”. La sentencia desarrolla una serie de
argumentos que ya poco pueden interesar a quien siga la trayectoria y fundamentos de la
función de estas entidades privadas dedicadas a valorar la calidad y solvencia
de empresas o de monedas y riesgos de
los países. Se comprende con dificultad que entidades privadas con ánimo de
lucro tengan la capacidad de evaluar a
otras y que por sus trabajos perciban emolumentos de sus clientes, los cuales se
sirven de esta información para rentabilizar
al ejecutar acciones desestabilizadoras contra corporaciones que son objeto de análisis. Es expresión
del cinismo empresarial americano tan perfecto en términos de gestión
y control, pero del que también podría sospecharse su proverbial ingenuidad al
aceptar la existencia legal de empresas
como S & P,, PITCH o MOODY´S para contratar sus servicios. Es una obviedad
que la calificadora va a proveer servicios a su contratante para que le reporten
beneficios, pues ese es el objetivo y por ello le pagan. Aunque sean intencionadamente
erróneos. Los informes tienen
partes para ser difundidas en los
mercados a fin de crear el impacto
propicio para los intereses del contratante. En ocasiones para favorecer emisiones de títulos
de multinacionales. En otras, para
desgastar la moneda de países inestables, crisis que se acelera gracias a los citados informes, lo que provoca la creación de condiciones adecuadas para acciones
especulativas instantáneas y masivas que derrumban infraestructuras económicas
y financieras de los estados atacados y provoca dolorosas crisis sociales y
humanitarias. En cambio, inmensos beneficios para especulador que se ha servido
del impacto del informe en los mercados. Por eso, estas sociedades de
clasificación privadas representan la temible figura del halcón oteando el mercado que, cuando descubre una
pieza, se lanza sobre ella para devorarla.
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