OTRO NUEVO ÉXITO JUDICIAL Y POLICIAL
Recientemente en Gijón la policía ha procedido a
cumplimentar la orden de desahucio del
un juez por la que mandaba evacuar la vivienda de propietarios por impago del
préstamo con que la financió. Con los modales habituales, ante las protestas
de la familia y la solidaridad de los
vecinos, fueron desalojados con sus enseres y permanecieron en la acera de la
calle vigilados por la tropa. Cinco horas más tarde, al parecer alguien que puso algo de cordura al festival,
aportó un documento del juez que ofició, que produjeron las leves molestias a
los desahuciados, en el que rectificaba la
orden que con tanta meticulosidad cumplieron los policías. Informaron a los
sorprendidos afectados escuetamente que se había producido un error a la hora
de señalar el domicilio objeto del desalojo, quedando anulada la orden y autorizándoles
a volver a entrar al domicilio. Así, con ese humanitario lenguaje de juzgados. Seguramente
al final del documento se expresaría algo así como: “lo que comunico a Vd. para
su conocimiento y efectos oportunos. Dios guarde a Vd. muchos años”. En medio
del drama, que el final haya resultado una mezcla de sainete de Arniches y
novela romántica de Alejandro Dumas, es conmovedor, pues así los protagonistas tendrán una hazaña que
contar.. Los desahuciados no, ya han experimentado sin fantasías que no
olvidarán mientras vivan. El auténtico
protagonista será el juez que es el que aplica la justicia: no en vano es el que conoce, domina
e interpreta las leyes. También la tropa encargada de la delicada misión de
sacar a la fuerza de su domicilio a los propietarios por no pagar en fecha y
forma al banco que financió la operación, se retirará satisfecha a sus
cuarteles de invierno con la conciencia del deber cumplido. De inmediato se espera que se abra una
comisión de investigación para analizar los hechos, con la intención de llegar
hasta el final,. Es de esperar que será declarado culpable el chico de los
recados por haberse equivocado de dirección. Naturalmente, se ha de ir al
fondo, caiga quien caiga, como se dice cuando se nombra una comisión para que
quede todo lo problemático sin resolver, conociéndose a priori que no será de
utilidad alguna. La familia desahuciada tratará de recuperarse del susto y dará
gracias a la suerte...
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