sábado, 28 de febrero de 2015

PIKETTI: UN ECONOMISTA NO MATEMATICO



PIKETTI:  UN ECONOMISTA NO MATEMATICO.
Thomas Pikettii es el autor del best seller, “El capital en el siglo XXI”. Explica que fue profesor en la Universidad de Boston durante tres años, pero  decidió regresar porque los “economistas norteamericanos no me convencieron”.  Continúa: “…la ciencia económica no ha abandonado su pasión infantil por las matemáticas… en detrimento de la investigación con relación a las demás ciencias sociales…”. Es decir, según él,  las matemáticas deben  ser sólo   instrumento, aunque se han convertido en  ciencia para los economistas, lo que dificulta la comprensión de los conceptos económicos  reduciéndolos a abstractos como  las matemáticas. Ya en el Renacimiento, en las universidades se impartían humanidades, filosofía, medicina, teología…, pero no tecnología o materias de  oficios. Estos no tenían espacio en la universidad. El desarrollo de la industria requería potenciar a técnicos que elevaran la productividad o mejorara los productos  fabricados. Así surgieron los ingenieros, arquitectos o expertos con oficios. Se  concebían las empresas como fábricas, por ello se  valoraba la producción. Los servicios comerciales, administrativos y gestión eran complementarios que comportaban costo al producto y no valor añadido. Los avances en la  técnica de gestión y la concepción de la empresa como un todo, coloca a la producción como un servicio más y no el principal. Así, la empresa se convierte en una filosofía en la que el objetivo es satisfacer al cliente y la  creación de una comunidad humana coordinada que beneficie a la sociedad en general y a los vinculados a la empresa en un sentido amplio. El retraso en la adaptación de las empresas a la nueva filosofía la ha debilitado y la ha hecho frágil e inestable. En consecuencia, con riesgo de su continuidad.. Por eso la gran revolución pendiente en Europa en general y especialmente en España es cambiar los paradigmas de  producción, incorporando  valores humanísticos y ocupando los técnicos  el lugar para el que están capacitados, por tanto, en las escuelas especiales se debería formar a los estudiantes para realizar sus funciones  propias. Es negativo  supervalorar la utilidad de las matemáticas e ignorar la formación humanística, puesto que las relaciones humanas potencian las motivaciones del progreso integral..


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