LA
LOCURA INCOMPRENSIBLE CONTRA “CHARLIE HEBDO”
Cuando se recibe el impacto inesperado de la masacre causada por unos iluminados, después de la
rabia es necesario reflexionar, pues esas muertes también son nuestras y
debemos preguntarnos la razón por las
que se producen acciones que tanto dolor e indignación generan. Porque en
realidad los crímenes los realizan fanáticos, sin principios humanos,
vengativos contra todos y contra nadie en concreto. Seres marginales, con
capacidad de provocar la desolación voluntariamente. Es la que les enorgullece
y da sentido a sus vidas. Pero, no nos detengamos en el análisis. Es que, por otro lado se descubre que existen
militares profesionales perfectamente entrenados para morir y matar, sujetos a disciplina rígida. Son guardianes en
Guantánamo de presos musulmanes pendientes de juicio. Que dependen de la
administración militar de USA. Viene a la memoria que fueron militares
argentinos los que arrojaron al océano atados de pies y manos a prisioneros por
pertenecer a organizaciones sindicales o políticas. Paracaidistas de élite
franceses entrenados masacraron a la población argelina por
defender la independencia de su patria. Los marines USA durante la Guerra del Golfo, que para
enfrentarse a las tropas de Saddam Hussein emplearon la táctica de enterrar vivos a los enemigos cuando avanzaban
con las máquinas de guerra. Continúa la
secuencia: la tropa americana bombardeó poblaciones civiles en Irak
masacrándoles. Fue la aviación americana que pasaron a sangre y fuego Leiptzig y Hamburgo
una vez rendido el ejército alemán. Arrojaron dos bombas atómicas sobre
poblaciones civiles japonesas. Las disciplinadas SS y GESTAPO, llevaron
a cabo operaciones de castigo espeluznantes y en los KL, científicos médicos
nazis experimentaban con humanos.. Todas estas acciones apocalípticas que
fueron realizadas por tropas entenadas, con jefes expertos y con conocimientos
científicos no fueron, no pudieron ser considerados unos lunáticos a los que se
les ocurrieron tamañas tropelías. Responden a planes sistemáticos programados para logran el objetivo de
aniquilar al enemigo con las armas más eficaces y destructivas. Por eso, la
sensación de desánimo y la falta de credibilidad de los lamentos que se
expresan cuando suceden estas locuras en las que las víctimas siempre son seres
inocentes. En las guerras, sean o no legales, desaparece la justicia y surge la
crueldad.
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