LA DELEGACION DEL
GOBIERNO CENTRAL EN LA CAPV.
La personalidad de los delegados del Gobierno Central en
Gasteiz supone una experiencia sociológica excitante que merecería una tesis doctoral. Cada uno con su
personalidad, pero con una característica común a resaltar: su obsesión por
perseguir cualquier atisbo que contribuya a potenciar el carácter y
personalidad de la comunidad a la que se
asigna controlar. Ha habido militares
duros que juraron que darían con los autores de atentados “aunque tuvieran que buscarlos
en el fondo de la tierra”. Otros que no
se enteraron que en el Gobierno Civil de Bizkaia, socialistas insignes montaron
el GAL para “solucionar el problema vasco”. Cuando se quiso aparentar la
depuración de responsabilidades entre aquellos “valientes” que se sirvieron de
la policía y la guardia civil para liquidar etarras, lograron salvar el tipo porque “no sabían nada”. Posteriormente
han llegado otros políticos cesados a
los que se les buscó un apaño para
aparcarlos sin dolores, con escaso trabajo y dedicados a conspirar. Mikel
Cabieces tuvo también sus días de gloria, aunque tuvo que cesar al cambiar el
gobierno, no sin antes cobrar 250.000 € durante tres años, de “oscuro origen”, seguramente exentos de IRPF.
Ha tenido que dimitir como militante del PSOE, aunque Mendía ya ha dicho que ignora
todo. Lógico. El actual delegado es don Carlos Urquijo Valdivielso, de ignorada
profesión. Es un personaje que debería
escribir su autobiografía para ser estudiada por generaciones futuras. Con
aspecto tímido, sin atreverse a mirar a
los ojos, con apariencia de ver la vida por un canuto, don Carlos ocupa su dura
jornada vigilando actuaciones de las instituciones vascas. Que las banderas
españolas hondeen en el lugar preferente de los edificios públicos vascos. Controla que todas las actas de los
ayuntamientos estén redactadas en español y si así lo desean los ediles,
también en euskara Tiene línea directa con el Fiscal del país vasco, con los
Abogados del Estado y con los jefes de policía y guardia civil de cada
provincia vasca para que las leyes promulgadas en Madrid sean cumplidas en la CAPV. Además dispone
de un teléfono rojo conectado con Interior, La Moncloa, Génova 13 y con
Rouco Varela. Su misión esencial consiste en mantener y fortalecer la y cohesión entre el separatismo vasco y con la patria
portadora de valores eternos heredada de
los Reyes Católicos, de la Corona,
del Caudillo y ahora de la democracia parlamentaria que tantos beneficios
aporta a este sagrado trozo de la
España indivisible.
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