miércoles, 3 de junio de 2015

EN LOS LIMITES DEL RIDICULO



EN LOS LIMITES DEL RIDÍCULO-
Una vez más el Gobierno ha caído en la trampa  puesta por los ciudadanos que gozan ridiculizándole. La autoridad ha sucumbido  a la provocación y se dispone a dar una  respuesta desde la  saña.. Es  “legislar en caliente”. Hay que recordar que las imágenes difundidas por TV en el acto de la celebración de la final de la copa, constituyó  un sainete:  las autoridades en el palco  sin mover ni un pelo,  no se atrevían ni a respirar..  El himno nacional sonando por los altavoces a toda pastilla, pero apagado por los estridentes pitidos de una masa eufórica que aprovechaba  la oportunidad para humillar   desde el anonimato protector y sin riesgo,  a quienes culpan de los problemas  que les  acucian.. Como es lógico,  si las medidas que adopte el Gobierno responden a impulsos sin reflexión  de los mandamás heridos y humillados por la plebe, ésta va a descubrir que los que mandan  tienen un punto débil y son vulnerables.. No habrá ley ni policía que les prive del placer de provocar al poderoso.. En el futuro, en ocasiones similares  en las que se tercie,  los pitidos  se van a escuchar fuera del sistema solar. El Gobierno debería moderar  sus ansias de venganza; tiene que aceptar  que el derecho a la libre expresión es un bien a proteger, tal como falló la Audiencia Nacional, nada sospechosa de apoyar a los revoltosos. Es de justicia valorar al President de la Generalitat, Mas, que fue el único de los allí presentes que aportó una sonrisa en aquel acto difícil de entender,  y después, unas manifestaciones llenas de sensatez  para corregir aquella imagen esperpéntica de la ceremonia previa del partido. También  el Lehendakari Urkullu  trató de  rebajar la  presión  desaforada  provocada por las autoridades que no han sabido controlar su ira,  amenazando sin reflexionar, pues se debaten sobre qué medidas adoptar si se tiene en cuenta que los tribunales consideran que lo sucedido en el Nou Camp es un derecho constitucional, además de la proximidad de elecciones catalanas y nacionales.  De todas formas, atención a las medidas que se decretarán  si el Gobierno no se autocontrola y busca venganza. Que recuerden que en Madrid, en un partido entre la selección nacional y la francesa, se pitó a la  Marsellesa y el Gobierno consideró que se estaba ejerciendo el derecho a la libre expresión.

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