LOS MOROSOS DE MONTORO
Nuestro ministro de Hacienda, además de su vis cómica, es
maquiavélico, pues ha esperado a que pasen las elecciones para publicar la
lista de morosos, puesto que los que
aparecen en ella están vinculados al PP y beneficiarios de la Transición.. La
componen más de 4000 individuos y sociedades que adeudan alrededor de 15.000
millones de €. En el listado aparecen nombres ilustres de los negocios,
constructores, deportistas y conocidos especuladores, algunos que ya conocen la cárcel por sus hazañas. La cifra es respetable, pues con estos fondos
se hubieran evitado los recortes en sanidad, enseñanza y dependencia, aunque es
probable que la lista esté incompleta
por errores o simplemente, porque no
conviene que aparezcan algunos
personajes privilegiados. Pero lo que convendría precisar que el título de
“morosos”, es un eufemismo, puesto que son incobrables para las arcas del Estado. Los
morosos técnicamente son los que se hallan en proceso de renegociación con la
hacienda y en tal situación no pueden darse a la publicidad por ley .De manera que los denominados
morosos, en realidad son fallidos porque las gestiones de recobro no han finalizado
con un plan de cobro aplazado. Por tanto las gestiones de recobro son un brindis al sol y deben
perder toda esperanza, como sentencia Dante. Así pues, de morosos, nada, son fallidos,
aunque, como dice el cínico, como los
fondos públicos son de todos, no pertenecen a nadie y se apuntan en una barra de hielo. Gracias a
que la eficaz gestión de la inspección se ha dedicado a perseguir a pequeños
defraudadores que piden facturas sin IVA, las recuperaciones son mínimas, porque las fugas importantes se se
canalizan en amnistías fiscales que se decretan a favor de los defraudadores de postín Cada deudor tiene
su historia particular de la que tendrá que responder, pero quien debería llevarse ante los tribunales tendría
que ser la plana mayor del Ministerio con su ministro a la cabeza, quien en las comparecencias en Las Cortes se
ha dedicado a amenazar y a hacer esgrima dialéctica con esa gracia andaluza que
le ha caracterizado, trivializando y manipulando
sin rigor ni valorando el efecto para la
población la injusta distribución de la carga fiscal que favorece a los
poderosos que son los que aprovechan todo el circo que supone el sistema
tributario de España.
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