jueves, 17 de diciembre de 2015

AHORRAR EN EL PEREJIL



AHORRAR EN EL PEREJIL
Se han popularizado los expertos en diseñar  sistemas para ahorrar en el consumo de electricidad  que  logran en cuantías insignificantes;  “Ahorrar en el perejil”. Aislar las viviendas para conservar el calor, desenchufar  el piloto de encendido de la televisión, contratar una tarifa baja, lo  que hace que se salte el control, con costes adicionales para recuperar la conexión. Aire acondicionado sólo con calor o frío extremos,  calefacción nocturna para aprovechar tarifas  valle, poner la lavadora de madrugada, contratar tarifas bonificadas  para  pobres que tienen que acreditarlo humillados.. Y otras sugerencias que cautivan a los ingenuos, pues el ahorro real es insignificante. Pero nadie hace frente a la actitud de dominio monopolístico que ejercen las eléctricas sobre el consumidor. Y eso después de que el gobierno les regalara un billón de pesetas con el cuento incumplido de  implantación de medidas de adaptación a la libre competencia.. Fue humillante la entrevista al ministro Soria  defendiendo  a las eléctricas con argumentos entre infantiles y cínicos. Justificó la política  que ha hecho que  el precio del kw sea el segundo  más caro de Europa. Su argumento sobre la implantación del  “impuesto al sol” raya en lo cómico, pues grava a los usuarios con criterios ecológicos que  utilizan energías renovables y abandonan la red general, por tanto,  contribuyendo  al ahorro energético.. Han impuesto el mix de generación y distribución energética en función de sus intereses, pues el Gobierno no se atreve  a imponer el que beneficie a la colectividad. El Gobierno ha renunciado  al bien común en función de los agentes naturales, como el volumen de pluviosidad, la existencia de viento que mueve los generadores eólicos o el agua embalsada o los precios del petróleo. Reducir realmente los precios no requeriría adoptar nuevas medidas  ni costosas inversiones, sólo el  cumplimiento de las leyes que regulan este sector estratégico. La reducción del precio  tendría importantes  efectos multiplicadores, tanto para la población como en los sectores productivos, pues la industria tiene que  soportar el alto coste de la energía encareciendo sus precios de venta, por tanto dificultándoles competir en los mercados internacionales. Pero el Gobierno está preso del oligopolio de las eléctricas y manejan a su voluntad las tarifas..

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