LAVARSE LA BOCA CON LEJIA

LAVARSE LA BOCA CON LEJIA

Con esta amable expresión  pronunciada por el nuevo portavoz del PP., Don Rafael Hernando ante los micrófonos,  contribuía al diálogo sincero que propone Rajoy para crear un ambiente cordial en el Parlamento español. Era un añadido a otra suya anterior en la que afirmaba que lo que salía de la boca de Bárcenas era “caca”  No parece que sean para molestar a nadie estas delicadas  florecillas con las que tiene por costumbre expresarse en público este prestigioso y elocuente parlamentario. Quizá Don Rafael no sepa que la lejía es corrosiva y que si se ingiere puede ser arriesgado, y no digamos si come alguien “caca”: ambos productos no entran en la dieta normal de la ciudadanía. Pudiera ser que tratara de responder a las acusaciones que hacía el Señor Bárcenas a los directivos del PP, informando que él mismo, en su calidad de tesorero a la sazón, entregó repetidamente sobres con billetes de 500 -€  a Rajoy, Cospedal, Alvarez Cascos y otros más y que tenía anotados en sus apuntes en la contabilidad en “negro”, por tanto,  exentas de tributación por IRPF. La denuncia del excarcelado fue inútil: tal como repetidas veces ha declarado en público y en privado el Presidente y los demás “sobrecogedores”, no era cierto, ni tan siquiera que hubiera una contabilidad B. Además, que nunca nadie había recibido dinero “negro” en el partido. Por eso Hernando, ante tal evidencia, respondió con la sonrisa en los labios y con modales finos de esgrima parlamentaria,  sobre la metáfora de ingerir lejía o comer “caca”. Podría haber sido más directo y agresivo, pero no merecía la pena rebajar su nivel dialéctico exquisito, porque, además, su partido respeta, como no podría ser de otra forma, el juicio de los tribunales y serán los jueces quienes determinen la verdad. Comprende el flamante portavoz que la rabiosa reacción de un delincuente como es el antiguo tesorero del PP sea una venganza por haberse tenido que comer el marrón y que le abandonase la cúpula del partido a la que deja en evidencia de que son corruptos. Aunque, como reflexionaba Ortega y Gasset: “Toda realidad ignorada prepara su venganza”