“TODOS SOMOS CORRUPTOS”. COSPEDAL DIXIT
Con el triunfo del PP en el 2011 en las Generales, la
periodista Curry Valenzuela expresó su satisfacción diciendo que el nuevo
gobierno estaba compuesto por expertos,
como abogados del Estado, Registradores, economistas del Estado, catedráticos y
que ello garantizaba los resultados. Los comparaba con los salientes del PSOE, unos eran abogados que tardaron en terminar la carrera diez
años, electricistas, acordeonistas y gente sin profesión conocida:. Zapatero,
un PNN, Pepiño Blanco, sin profesión.. etc. En cambio, son notables miembros del nuevo gobierno, como
la vicepresidenta, Soraya, abogada del Estado. Desde la tribuna de las Cortes
manifestó en una agria polémica, que “en mi puta vida he cobrado ningún dinero
en negro”. Está demás aclarar que ésta no es su profesión y que la tensión le
indujo a expresarse de manera tan equívoca. El doctor en derecho, Carlos
Floriano se ha convertido en clown de sí mismo y es el cómico de programas de humor. El Registrador, señor
Rajoy, que animó a Bárcenas, en prisión por indicios de corrupción, a mantenerse fuerte y que le ayudaría. La
abogada del Estado, Cospedal, quien tuvo su exitosa intervención ante las
cámaras de televisión interpretando el sketch del “despido en diferido” que le
ha colocado en el top del hit parade. Saliendo de declarar por denuncias de corrupción de
Bárcenas, queriendo mostrar su palmito mirando a las cámaras que le seguían,
tuvo la fatalidad de chocarse con un árbol, haciendo el ridículo. Ha confesado a la prensa, en un
alarde de sinceridad, que “en realidad
todos somos corruptos”. Un periodista presente le responde con ironía: “pues yo
no soy corrupto, si Vd. lo es y así lo declara, será verdad, pero no ponga el
ventilador para justificarse”. Tener muchos títulos universitarios y ganar
muchas oposiciones no garantizan el
éxito en política. Que existen valores superiores como la honradez, la laboriosidad y la veracidad
que no parecen ser las virtudes de esos monstruos del conocimiento teórico. Por
el contrario, basarse en esas fantasías
lleva a los políticos a fracasar.
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