PIDIENDO DISCULPAS AL PROFESOR NIÑO BECERRA
El profesor Niño Bacerra, prestigioso catedrático de
Estructura Económica y cuyas opiniones son tenidas en cuenta por su rigor, es frecuente su presencia en foros y
tertulias televisivas. En una de ellas en TV en la que le interrogaban varios periodistas,
les respondían, tanto a los reporteros
como a la directora. Desde el primer momento la situación fue bochornosa, pues
cuando trataba de explicarse,
intervenían los periodistas al mismo tiempo sin permitirle exponer sus puntos
de vista. Daban sus criterios elementales contradiciendo al experto, y eso cuando
conseguía que no le interrumpieran. Hablaban todos a la vez, produciendo un
ruido molesto, sin posibilidad de entender nada el oyente. Mientras, el
profesor, con toda discreción permanecía
en silencio escuchando las superficialidades para objetar sus ideas. No le
permitieron exponer ni una sola vez un argumento completo. La directora, tratando
de centrar la charla, dada la categoría científica del profesor, también intervenía
continuamente, con criterios tan elementales y fuera del contexto, que al profesor se le apreciaba una sensación extraña que trataba de disimular
educadamente. Algunas veces lograba que se le escuchara, pero durante esos
instantes los periodistas pugnaban por intervenir, por lo que la directora
tenía que imponer respecto.. Mientras,
los contertulios no le escuchaban, leían sus notas y hacían gestos de
desacuerdo al ponente. Lo peor era que sus respuestas para contradecírselas eran de un nivel ramplón. El profesor Niño Becerra les miraba como tratando de aparentar que no había escuchado
sus majaderías.
Parecería que en la escuela de periodismo no se cultiva en
exceso la educación y que la cultura
parece algo extraño. Lo que sí parecen aprender
es la búsqueda obsesiva del protagonismo, dando tan escasa importancia a
quienes poseen conocimientos específicos de alguna ciencia o especialidad: a
los periodistas en general les traen al pairo los modales y su ignorancia parece
que la suplen con la agresividad y con la falta del sentido del ridículo. Por
eso, la dirección de la cadena que emitió el programa debería disculparse ante Niño Becerra y seleccionar mejor a los
contertulios y eviten esa sensación de “periodistas”.
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