¿TIENE LIMITES LA LIBERTAD
DE EXPRESION?
El atentado mortal
contra periodistas de Charlie Hebdo ha servido, entre otras cosas, para exaltar
la libertad de opinión como un derecho sin límites. Por ello el Papa Francisco,
en uso de esa libertad y con la intención de poner coto a los excesos de los
que, aprovechando esa libertad para sus fines espurios, ha expresado su criterio sobre las
acusaciones que se están propagando contra el islamismo y el desbocado racismo
contra los pueblos árabes, lo que, a su juicio, ya sobrepasa los límites. Quizá
con escasa didáctica afirmó que si alguien insultara a su madre, le daría un
puñetazo. No se ha querido entender el sentido de la metáfora porque así
se pueden atacar su valiente actitud en
defensa de los débiles. Es que no es lógico que alguien a quien se desprecian sus convicciones, no puede protestar.? Es que entra en el terreno de la libertad de
expresión caricaturizar a Mahoma, que es el representante de Alá en el mundo
para los islamistas? Quizá reírse de las creencia de los que profesan esa fe se entienda libertad de
expresión para los que no tengan esas convicciones. Sin embargo, debe existir
un el límite para tal derecho cuando se
invaden las de los creyentes en su profeta Mahoma, Es derecho a la libre expresión despreciar con chanzas las creencias ajenas?
El cristianismo a lo largo de su historia ha sido poco respetuoso con Alá, Buda
u otros dioses o profetas adorados por sus fieles,.Siempre ha tenido en sus manos su propio sistema para defender al Dios en el que creen, además
de los medios que le han prestado las leyes y ejércitos de los estados en los que
está extendido, para limitar ese tan
manido derecho a la libre expresión. Precisamente la intervención de
Francisco al respecto es una denuncia a
los que invocan ese derecho ilimitado, es a lo que quiso aludir con su metáfora
al aceptar como una reacción humana defender las creencias y protestar contra
los “teóricos de la libertad de expresión sin límites”, no teniendo inconveniente en exigirla y matizarla
cuando ellos son las víctimas. Una vez más Francisco rompe los esquemas
tradicionales de una sociedad hedonista, materialista y liberal occidental que
sigue pretendiendo fijar normas y doctrina a otros pueblos que poseen otras bases
de convivencia. Evidentemente, lo sucedido en París se puede circunscribir a
una lucha política entre el sionismo y los radicales islamistas que es la
expresión de una guerra ideológica entre enemigos. Aunque “Je suis Charlie” y
el episodio es de todo punto rechazable.
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