miércoles, 5 de noviembre de 2014

SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS DESDE LA RAIZ



SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS DESDE LA RAIZ
Preguntaba una persona en la tele a un experto de una agencia de consumidores la razón por la que era tan cara la luz. Existen programas de captación de fondos populares para ayudar a ONGs de todo el mundo que se dedican a tareas nobles como la sanidad en países subdesarrollados o las colectas de fondos para la lucha contra el cáncer u otras enfermedades graves, y un sinfín de proyectos para la lucha contra el hambre o la actuación de Cáritas cuyo objetivo es solucionar los problemas derivados de la crisis. Todos estos proyectos encierran una perversión, pues esconden una realidad que consiste en apelar a los naturales sentimientos generosos de la población para recaudar fondos que en realidad son siempre muy escasos, pues la captación está en función de la actitud de los donantes, aunque las necesidades son de una magnitud que no puede ser atendidas por la mayor o menor eficacia de las campañas publicitarias de prensa que acompañan siempre a las colectas. Pedir consejo a un experto para reducir el consumo de luz no deja de ser un brindis al sol: lo que habría que analizar el la razón por la que el Gobierno no puede controlar a las eléctricas a pesar  de toda la  legislación existente. Las muy loables campañas de las ONGs para luchar contra enfermedades en zonas remotas no pueden ser atendidas por donativos privados. Cáritas está contribuyendo a perpetuar y a adormecer la conciencia ciudadana, pues capta fondos que provienen de ciudadanos privados para entregarlo a pobres y marginados. Todos estos signos de solidaridad que se extienden por todo el mundo están sustituyendo a la acción de las instituciones estatales y mundiales cuyo objetivo debería ser la lucha eficaz contra los signos de pobreza de la sociedad, aportando sus fondos procedentes de los impuestos que pagan todos los ciudadanos. Cáritas debería ser un dinamizador de la conciencia colectiva para que la ciudadanía exija y denuncie a los gobiernos para que atiendan a los que no tienen medios. La capacidad de ahorro de energía por medios de eficacia energética están bien, pero el problema es que la Administración se plante ante las eléctricas y les obligue a cumplir las tarifas  y para que las industrias puedan absorber su coste en el precio. Mientras, el paternalismo y el populismo que tanta influencia tienen sobre las colectividades sin conciencia ni formación, serán cataplasmas que mantendrán a la población en un cuento de Alice in Wonderland.



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