lunes, 10 de noviembre de 2014

LA VENGANZA DE LOS JUECES



LA VENGANZA DE LOS JUECES
Un juez de la Audiencia Nacional en una conferencia pone de chupa de domine a la clase política a quien acusa de corruptos, ineptos, afirmando que se avergüenza de su incultura; que hacen el ridículo cuando participan en instituciones internacionales. Habría que conocer lo que opinan los políticos sobre los jueces, pues tienen dónde cortar.  Sorprende la  pasión sobrevenida por su lucha por la justicia y contra la corrupción tratando de proclamar la misión sublime de los jueces. Su conversión repentina recuerda  la de Pablo de Tarso fulminado por el rayo divino. A qué se debe ese repentino furor defensor de la justicia? Es que hasta ahora no existía corrupción  para que los jueces la persiguieran? No  denunciaban haber sufrido torturas algunos detenidos por terrorismo y la respuesta de los jueces era imputarles por considerar falsas dichas denuncias?. No habían intuido que en tribunales internacionales sus sentencias eran tan endebles que serían revocadas? No será que las sentencias del TEDH les ha mostrado que las de los jueces españoles equivalen   a  la calidad e  impericia de los políticos a los que critican los jueces y que ahora están siendo pasto de investigaciones eternas, retraso intencionado que se convierte en un  sistema de argucias para retrasar  las sentencias. Ahora han surgido los jueces justicieros que denuncian todo lo que se mueve y se dedican a filtrar a la prensa las investigaciones que son secretas por su propia naturaleza. Montan macroprocesos gigantescos  que es imposible darles cauce por su volumen y su complejidad. Se quejan los jueces de que les faltan medios. Una vez más se escudan en deficiencias ajenas para tapar sus vergüenzas, pues el meollo no  reside en el número de jueces. O es que nos quieren convencer de que con el doble de jueces tendríamos la justicia actualizada? El problema es el sistema que han creado los jueces que no quieren perder protagonismo. El derecho garantista que tanto se proclama realmente es una manera de poner cortapisas para el devenir fluido de las causas y prescriban las causas o se enfríen los ánimos de la sociedad ante casos irritantes. El derecho garantista además no  se aplica con criterios uniformes. Básicamente favorece a la delincuencia “white collar” pero nada a los que comenten otros delitos que se enjuician por indicios y con escasas garantías. La regeneración  de la vida social de un país libre y democrático requiere como condición previa una justicia ejemplar y unos jueces que deberían responder ante la sociedad con  especial rigor ajustado a un código  de conducta que estimule a la sociedad a confiar en ellos y no sirva de escándalo  cuando  redactan sentencias muy  ajustadas a la ley, sí, pero que la opinión pública valora como favorecedora de privilegiados.


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