¡A BUENAS HORAS, MANGAS VERDES!
El PSOE se propone cambiar la redacción del artículo 135 de
la Constitución porque opina que fue un error el contenido que se le dio para
serenar la inquietud de los mercados. Pedro Sánchez ha tenido que comerse el
marrón, porque no solo votó favorablemente, sino que fue quien lo redactó.
Además, es cómplice de que el procedimiento utilizado estuviera trufado de
ilegalidades y se aprobara con nocturnidad, alevosía y no se siguieran los
cauces exigidos para modificar la constitución. Habría que recordar los
argumentos que se esgrimieron para que la población lo digiriera; como para
confiar en él, ahora que reconoce que su partido cometiera aquel atropello como
que se prioricen los pagos de la deuda
exterior a los gastos sociales. Gracias a su inteligente gestión, ahora tenemos
una sanidad y enseñanza recortadas y con los problemas que afirmaba Sánchez que se iban a solucionar. Malos tiempos para
la lírica: las encuestas ya les van colocando en su lugar correspondiente y en
algunas comunidades el PSOE se va a convertir en partido marginal. La operación servil que
hicieron entre el PP y el PSOE para agradar
a Frau Merkel fue digna de un país bananero respecto a su metrópolis. Del PP no
merece la pena analizar su actitud: es la lógica y se limita a cumplir con su
ideología insolidaria y egoísta. Al menos no engaña. Pero que los socialistas,
que se declaran de izquierdas, que están condenados a sufrir esta sucesión
interminable de fracasos electorales, agrava más las expectativas pesimistas a medida que
se van descubriendo complicidades de corrupción que salen en las noticias a
diario para delirio de sus adversarios y antiguos votantes. Tampoco habría que
recordar la soberbia de Felipe o el “ingenio faltón” , Guerra o los Pepe Bono, el
optimismo irresponsable de Zapatero, Rubalcaba y otras eminencias que producen
urticaria sólo nombrarlas. Con su
actitud servil a los poderes fácticos en la Transición, ahora son los
responsables de los destrozos porque no exigieron una CONADEP como la de
Ernesto Sábato en Argentina para servir de catarsis después de que Franco
muriera en la cama y los políticos de régimen que se derrumbaba se
reconvirtieran repentinamente en demócratas de toda la vida. Ahora algunos
quieren una segunda Transición y la liderará Pedro Sánchez proyectando un invento que es nada menos que
una monarquía federalista. Y todavía llama a los de Podemos populistas.
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