JEAN CLAUDE JUNCKER.
El flamante y recién elegido presidente de la UE, monsieur Juncker, tenía reservada una grata sorpresa a
la ciudadanía europea que había ocultado a la hora de postularse para el cargo. Cuando era Presidente de Luxemburgo
firmó acuerdos secretos con empresas multinacionales para que se domiciliaran
en ese país aunque realizaran su actividad en otros de la UE. Por este sistema los beneficios se
transferirían desde sus centros productivos a Luxemburgo donde tributan al 1% por el Impuesto
de Sociedades, en lugar del 30 % que es el promedio de esta carga fiscal en la UE. La técnica debía ser muy compleja,
aunque el detalle tenga poco interés, lo
que si merece la pena resaltar es que hasta el momento se han identificado 360
empresas que están bajo sospecha, aunque pueden ser alrededor de 1500. Las cifras mareantes de evasión se estiman en 300 mil millones de €, casi el
triple del presupuesto de España. Esta
información y cifras provienen de la obra
literaria titulada “Treasure Islands”, escrita por un experto de reconocido
prestigio: Nicolas Shaxin. Estima que si se investigaran las 1500 bajo sospecha se calcula que lo
defraudado rondarían los 2,5 billones de
€. Que sería lo que ha generado la
crisis económica mundial y no el elevado
nivel de los salarios ni la tan
bajo de productividad de los
trabajadores en la Comunidad Europea. El sistema capitalista además de rapaz e
injusto, aunque se ha dado unas reglas para que funcione y se evite que los
lobos se despedacen entre sí, es tan egoísta
y agresivo, que ni siquiera cumple sus propias normas por las que el
sistema se financia con los impuestos para mantener los servicios que
garantizan a los capitalistas los medios para seguir expoliando y
enriqueciéndose, pues es curioso que en tiempos de crisis haya experimentado un
crecimiento exponencial el número de millonarios, según la revista Forbes. Como
estas multinacionales se sirven de
argucias para no pagar impuestos de acuerdo con sus compromisos, el resultado
es que los gobiernos no disponen de medios suficientes para atender los
servicios y es lo que origina la crisis,
teniendo que rebajar los gastos sociales en beneficio de los defraudadores. Una vez más han tenido que ser los gobiernos
los que, con fondos públicos han debido acudir a salvar a los bancos a causa de
sus argucias financieras y de un sistema
de corrupción diseñado con la colaboración de “expertos” como Juncker, quien
demuestra que además de corrupto y falto
de ética, resulta ser un inútil al que se le descubren de inmediato sus
carencias y al que habría que cesar de inmediato.
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