lunes, 19 de octubre de 2015

TAMBIEN EN EEUU CUECEN HABAS



TAMBIEN EN EEUU CUECEN HABAS
Noticias que aparecen de soslayo en prensa informan que el rescate bancario en USA ha supuesto 1,27 billones de US $. (Un billón europeo es un millón de millones). Las cuentas de las aventuras bélicas son para estremecer: descubrir que las “Armas de destrucción masiva” que no tenía Saddam Husein, les salió por 2 billones de $ (id.  id). Implantar la democracia en Afganistán hasta ahora les ha constado sólo un billón (id. id) y aun no han terminado, pues la U.S.Air Force acaba de arrasar un hospital de Médicos sin Fronteras por “fuego amigo”, liquidando a más de 20 pacientes y varios médicos que seguramente eran “ sospechosos de colaborar con los talibanes”. No desdeñar la  información que  Julian Assange hace publica de  parte de los secretos de  Wikikeaks y la del espía arrepentido de la CIA, Edward Snowden: ambas constituyen una mínima muestra de los secretos que se guardan en las alcantarillas y lodazales de la democracia más avanzada del mundo y que seguramente serán estremecedoras si llegaran a ser conocidas en su totalidad. Estos datos nos inducen a sospechar con fundamento que las crisis, las guerras, los éxodos de pueblos enteros o las revoluciones tienen su origen en los comportamientos de unas estructuras intencionadamente difusas de poder que no se muestran con claridad porque no  interesa a sus maquiavélicos líderes,  bajo el temor  de que la humanidad se precipite al abismo si no se da un golpe de timón. Que el mundo está en trance de convertirse en inviable porque los niveles de contaminación de todo orden, son ya irreversibles y que si no se cambia radicalmente serán también víctimas los que tienen como única obsesión  acumular riqueza, poder y  ver dominada a sus pies la humanidad, aunque ello suponga el holocausto del planeta. Lo grave es que son conscientes de ello por medio de sus asesores, pero es que el problema de la riqueza, además de la acumulación de lo de muchos en manos de pocos, es que  no tiene límite.  Se cuenta que  Onasis tenía fama de ocurrente y en un sarao en el que concurrieron los 16 más ricos del mundo, después de pedir silencio, exclama solemnemente: “Mi sueño fue siempre tener mucho dinero para ser feliz como los pobres”. En cambio  Martín Fierro sentencia: “Si la vergüenza se pierde, jamás se vuelve a encontrar”


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