IR DE CAZA EN OREGON
Esta vez ha sucedido en el Far West. El patriota con la inspiración de los dioses ofrece una prueba de su amor a la patria. Para ello,
en un destello de inspiración se provee
del arsenal que todo buen yankee
atesora en su domicilio. Selecciona fusiles de asalto, pistolas,
lanzagranadas y munición en abundancia y
se encamina a la escuela del barrio, según
el manual. Allí procede a la ceremonia: dispara una lluvia de proyectiles
contra los niños y niñas de una clase. Resultado: 12 muertos y varios heridos. Objetivo
cumplido. Su culpa: eran cristianos, aunque podría haber seleccionado a los rubios, a los que llevaran gafas o anarak.
A continuación los SWAT le hacen papilla cumpliendo con el protocolo,
antes de que el héroe se descerraje un tiro. El ingenuo Obama, con gesto serio,
declara que hay que regular el uso de
las armas para evitar estos molestos episodios
que dan una imagen tan negativa
de los EEUU en el mundo. El Presidente debe ignorar que la sacrosanta Constitución consagra como un derecho fundamental el uso de
las armas y que el Congreso rechazará restringirlo para preservar la libertad del
pueblo soberano.. Los pueblos bárbaros
no somos capaces de comprender que la libertad para usar armamento los yankees es un derecho cuya anulación
supondría una afrenta a la patria, aunque otros pueblos pensemos, ingenuamente,
que no se deben matar a niños inocentes, aunque sea la opera prima de un
patriota. Porque, según ellos, la muerte colectiva deviene en holocausto. También
las condenas a muerte que se ejecutan en las asépticas cámaras de gas de prisiones
de la Unión. La valiente población
gringa piensa que indultarles constituye un signo de debilidad... Los pueblos viejos, sin
autoestima, que abogamos por la misericordia y confiamos en la capacidad de
regeneración de los humanos son los que contribuyen a degradar la civilización y es el Séptimo de Caballería el que, una vez
más, acude a salvar a la humanidad manteniendo los principios universales de pena de muerte a quienes les corresponda por
hallarse en el momento y en el lugar en el que el dios de la venganza ha
iluminado al patriota para realizar esa sagrada misión. In God we trust.
No hay comentarios:
Publicar un comentario