MULTA A REPSOL
El gobierno le ha sancionado por ponerse de acuerdo con la
competencia para fijar los precios de venta. Con esa política de impedir que
las grandes empresas se capitalicen vía precios, el gobierno está provocando la
salida de España en busca de condiciones adecuadas para tener un trato fiscal
más atractivo. El mismo caso es el de Iberdrola, Telefónica y todas nuestras multinacionales que están sufriendo
la persecución irresponsable de nuestras autoridades económicas. Soportan un Impuesto de Sociedades efectivo
excesivo y carecen de beneficios fiscales por inversiones, creación de empleo y
se les dificulta aprovecharse de las
ventajas de los Paraísos Fiscales que tanto favorecen el crecimiento y
contribuyen a potenciar la Marca España. Además, los jueces no cesan de
investigar sus actividades y las de sus
gestores. REPSOL ha recurrido ante los
tribunales pues se basa en el principio de la libre competencia que tanto ha
contribuido a la creación de riqueza, empleo y contribuyendo generosamente con
los impuestos en pos de una sociedad más justa y democrática. Los clásicos defendían las ventajas de las
coaliciones entre empresas en lugar de la competencia feroz, pues perjudica a
todos los agentes concurrentes. Los ignorantes sin entrañas defienden como bandera de lucha contra la
libre competencia, que pactar precios es
negativo para el consumidor, pues son más altos que en libre competencia. Afirman
que los paraísos fiscales son subterfugios para reducir su tributación, o que
el impuesto de sociedades efectivo sea casi nulo. No tienen conocimientos ni
entienden que si el precio al consumidor es más alto, es para capitalizar
nuestra multinacionales, pues son las que crean empleo y que si es baja la
tributación se debe a que cumplen condiciones legales que benefician a la
sociedad en su conjunto. Incluso hay quienes
ponen en duda la conveniencia de salvar a la banca de la quiebra transfiriéndoles
razonables sumas de fondos públicos, que deberán devolver. Son los defensores
del Apocalipsis de “cuanto peor, mejor”. En España falta una conciencia social
por parte de la población egoísta que busca sólo satisfacer sus necesidades a
cualquier precio. “Laisser faire, laisser passer….”
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