lunes, 20 de julio de 2015

MONTAÑISMO VASCO: MAS QUE UN DEPORTE



 MONTAÑISMO VASCO:  MAS QUE UN DEPORTE
Una de las señas de identidad de los pueblos son sus  aficiones y diversiones que les distingue de los otros. Son llanamente expresiones de su idiosincrasia. Una de ellas  de los vascos es la del montañismo en sus múltiples variantes. Tenemos, lógicamente, otras muchas  que nos identifican, lo que hace que poseamos las características de una nación.  Montañeros famosos vascos han dado prestigio por sus hazañas que han hecho que sean reconocidos a nivel planetario. Sin ánimo de ser exhaustivo y con el riesgo de olvidar a algunos, nos honran  Zabaleta, Edurne Pasaban, Oiarzabal, Hermanos Iñurrategi, Pou,  Josune Bereziartu,…, además de los que han dejado la vida practicando este deporte que se han convertido en iconos. Pero esos montañeros no surgen por generación espontánea, provienen sin duda de una afición generalizada, pero contamos con unas infraestructuras muy diversas, como clubs de montaña que organizan excursiones colectivas periódicas a los lugares más variados. Federaciones que potencian la afición con conferencias, exposiciones fotográficas y cursillos para capacitar y asegurarse de los riesgos que acechan permanentemente su práctica. Podría calificarse como un deporte, pero  es  mucho más, es una filosofía de vida que transforma a los montañeros en ecologistas preocupados de la conservación del delicado equilibrio que requiere la naturaleza para evitar la invasión de competidores que   dejan la montaña llena de residuos. Las instituciones y clubs deben crear una mentalidad que potencie las excelencias del esfuerzo como una manera de cuidar la salud, la solidaridad y el espíritu asociativo entre los que lo practican.. En Euskal Herria hay unos 30.000 montañeros federados y podría afirmarse sin ninguna duda que somos el país que cuenta con más aficionados a la montaña del mundo por km. cuadrado. Entre los montañeros se percibe la escasa preocupación de las instituciones, singularmente la ineficiencia de las federaciones que van  por detrás de las necesidades del montañismo. El cuidado de las infraestructuras, de los caminos, su marcación, conservación de los refugios y apoyo con subvenciones para facilitar la práctica de este estilo de vida tan característico, deberían ser objeto de mayor atención.


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