MONTAÑISMO VASCO: MAS QUE UN DEPORTE
Una de las señas de identidad de los pueblos son sus aficiones y diversiones que les distingue de
los otros. Son llanamente expresiones de su idiosincrasia. Una de ellas de los vascos es la del montañismo en sus múltiples
variantes. Tenemos, lógicamente, otras muchas que nos identifican, lo que hace que poseamos
las características de una nación. Montañeros
famosos vascos han dado prestigio por sus hazañas que han hecho que sean reconocidos
a nivel planetario. Sin ánimo de ser exhaustivo y con el riesgo de olvidar a
algunos, nos honran Zabaleta, Edurne
Pasaban, Oiarzabal, Hermanos Iñurrategi, Pou,
Josune Bereziartu,…, además de los que han dejado la vida practicando
este deporte que se han convertido en iconos. Pero esos montañeros no surgen
por generación espontánea, provienen sin duda de una afición generalizada, pero
contamos con unas infraestructuras muy diversas, como clubs de montaña que
organizan excursiones colectivas periódicas a los lugares más variados. Federaciones
que potencian la afición con conferencias, exposiciones fotográficas y
cursillos para capacitar y asegurarse de los riesgos que acechan
permanentemente su práctica. Podría calificarse como un deporte, pero es
mucho más, es una filosofía de vida que transforma a los montañeros en
ecologistas preocupados de la conservación del delicado equilibrio que requiere
la naturaleza para evitar la invasión de competidores que dejan la montaña llena de residuos. Las
instituciones y clubs deben crear una mentalidad que potencie las excelencias
del esfuerzo como una manera de cuidar la salud, la solidaridad y el espíritu
asociativo entre los que lo practican.. En Euskal Herria hay unos 30.000
montañeros federados y podría afirmarse sin ninguna duda que somos el país que
cuenta con más aficionados a la montaña del mundo por km. cuadrado. Entre los
montañeros se percibe la escasa preocupación de las instituciones, singularmente
la ineficiencia de las federaciones que van por detrás de las necesidades del montañismo. El
cuidado de las infraestructuras, de los caminos, su marcación, conservación de
los refugios y apoyo con subvenciones para facilitar la práctica de este estilo
de vida tan característico, deberían ser objeto de mayor atención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario