LA HISTORIA LA ESCRIBEN LOS PERDEDORES.
Han cambiado mucho las cosas desde que Alemania perdió dos
guerras mundiales en las que murieron mas de doscientos millones de seres
humanos, arrasaron Europa, incluida Grecia, pero las potencias ganadoras, entre
agradecidas y temerosas, les donaron
fondos sin límite y les perdonaron sus deudas. Este pueblo belicoso y soberbio
considera que la guerra es la antesala de su Walhalla y no aprende que está
condenado a perderlas. Una vez más inicia otra que será su Götterdämmerung en
Europa y su primer asalto es Grecia. Ahora es quien escribe la historia, pues
son los perdedores sus redactores, al contrario del dicho tradicional de que
son los ganadores. En un artículo periodístico titulado “Sorteando el GREXIT”, sobre
las exigencias a Grecia, su autor, alemán a juzgar por su nombre, desarrolla
sus tesis con un desprecio humillante contra Syriza y su Primer Ministro, Tsipras,
democráticamente elegido. El articulista le ridiculiza por haber convocado, (y
ganado, no lo olvide) un referéndum apoyando el NO a las medidas suicidas que
quiere imponerles Merkel. También elegida por el pueblo, pero que, según un
acreditado periodista de izquierdas, si
a la población alemana se le pone un gorro y viene un iluminado con bigote, el 80% estarían dispuestos a seguirle
a ciegas. Merkel no tiene bigote, pero si
instintos de invadir a los pueblos que le rodean. El autor llama a Tsipras “el excéntrico lider
heleno”, “tsunami Tsipras”, le acusa de
·”fintas infantiles y gestos altaneros”. Al Secretario General de Podemos le
llama “el ínclito Pablo Iglesias” y al
prestigioso Wolfgang Münhau, “el ácido columnista” del Financial Times. A todos
ellos les humilla acusándoles de jalear las “bravuconada” de Tsipras. Sería muy
conveniente que leyera “Las
consecuencias económicas de la paz”, de J. M. Kaynes, en el que el famoso
economista alude al Tratado de Versalles y describe las consecuencias de las
hazañas bélicas de Alemania y los efectos derivados para toda Europa. En Euskal
Herria tenemos la influencia de muchos emigrantes alemanes que huyeron al
perder ambas guerras, creando
importantes grupos empresariales al calor y protección del franquismo al que ayudaron durante su
rebelión militar y ahora se declaran demócratas de toda la vida. Con amigos
como el autor, no necesitamos enemigos.
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