jueves, 30 de julio de 2015

GURS: CAMPO DE INTERNAMIENTO



GURS: CAMPO DE INTERNAMIENTO. 
Quien no tema y quiera conocer la verdad debería visitar GURS, cerca de Oloron-Saint Marie. Al margen  del sadismo y de las tragedias allí sucedidas entre 1939 y 1945, que producen escalofríos, el visitante con conciencia que quiera profundizar  se encontrará con que los que fueron allí internados, muchos de ellos vascos, lo fueron por decisión de unos políticos sin conciencia sin otro atributo que la ambición y el terror a los nazis. Todos los que ostentaron el poder  en aquella época fueron culpables de la negación de un mínimo de humanidad que se presume que todo ser racional posee para distinguirse de las bestias.. Que Franco y sus acólitos  fueron los que encendieron la mecha de la rebelión militar contra la República Española y que reiterarlo hastía. Contribuyeron a ese festival de la ignominia  los que miraron para otra parte y que mandaba en Europa,  que por cobardía o por evitar complicaciones políticas se limitaron a meras medidas caritativas para no ver que 60.000 seres humanos sin culpa ni justificación eran hacinados con la complicidad de Francia,  tierra de asilo por excelencia. Tampoco se libra Churchill, que optó por la no beligerancia criminal bloqueando los suministros de armamento para no provocar a Hitler  quien le amenazaba con invadirle. Son culpables los militares y gendarmes que vigilaban con saña a los prisioneros como si fueran bestias, bajo el mando supremo del “héroe” Mariscal  Petain, acomodado en Vichy, quien,  para hacer méritos  fue más cruel de lo que le exigían los “boches”.. Sus herederos son  los nuevos invasores de Europa  que ya han logrado  la primera pieza: Grecia. Después, ya veremos quiénes siguen o seguimos. Conviene  acudir con conciencia para imaginarse  lo que sucedió en aquellas instalaciones que ahora ofrecen al visitante un estilo bucólico y sentimental. Pero quien sabe si escarbando un poco en las conciencias se descubran océanos de sangre derramada por los que dieron la vida por unos ideales y que al visitante que acude  para saciar la curiosidad y llenar unas vacaciones con morbo les pueda crear un conflicto que    cambie su vida. O  exclamen que “algo harían…”, como el slogan de los que consideran que no merece la pena revolver el pasado. Visitar GURS debería ser para los vascos un acto de justicia para homenajear a todos los que allí padecieron y murieron, especialmente a nuestros compatriotas.


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