DE GUINDOS NO PRESIDIRA EL EUROGRUPO
Como la fábula de la zorra, que al ver que no
podía coger el racimo de uvas por estar altas, exclama despectiva,
abandonando: “ están verdes”, así reaccionaba ante la prensa nuestro
prestigioso ministro que ha acumulado tanto prestigio en la UE, al comunicar
que en la elección de los jefes de estado no había sido designado Presidente
del Eurogrupo. Era un poema verle soberbio como un pavo real cuando Merkel y
Rajoy se daban un baño de multitudes por el Camino de Santiago y en rueda de
prensa acordaron que De Guindos sustituiría a Dijsselbloem en el organismo
gestor del Euro. El presidente que sería sustituido por De Guindos, mostraba un monumental cabreo, de manera que
incluso se le apreciaron malos modales cuando se saludaron él y nuestro
superman en un encuentro posterior. Pero, impasible al desaliento, aseguró con
una sonrisa que más parecía el preludio del llanto, que no tenía importancia y
que seguiría tratando de que España tenga el nivel de representación que le
corresponde dada su importancia y prestigio en los organismos comunitarios. No
debe ser esa la opinión del gobierno a
juzgar por la sensación de humillación con la que ha recibido la noticia, pues así lo expresaban
en las tertulias y prensa los periodistas del pesebre que tienen la misión de
jalear los triunfos del gobierno y de defender
a España cuando en el exterior se
le ningunea, como es el caso de De Guindos respecto a las esperanzas y orgullo
con los que confiaba poder tener a un representante en un organismo de tanto
prestigio. Vamos de victoria en victoria, hasta la derrota total, como decía
Marx, (Groucho) En realidad ya no nos queda más que el orondo Arias Cañete
entre los primeros espadas de Europa y eso, casi de milagro, pues estaba acosado
cuando tuvo que defender su candidatura ante el Parlamento Europeo. Es que no
nos perdonan que seamos líderes en la
recuperación de la crisis, que estemos creciendo a tasas superiores a 3,5% y no
hayamos necesitado ni rescate ni reducir el nivel de los servicios sociales, logrando que nuestra banca sea la más segura
del mundo. A De Guindos habría que aplicarle aquella sentencia de Fernandel:
“Un tipo listo siempre tiene razón, aunque se equivoque”
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