DIVERTIRSE A COSTA DE LOS VASCOS
No se sabe a qué razones ocultas se debe, pero de vez en cuando en España
surgen punzantes cruzadas en las que se toma a los vascos de argumento para
hacer gracia. Que los vascos nos enroscamos
la boina en la cabeza; en otras nos reprochaban que nuestros
futbolistas eran sólo los nacidos en Euskal Herria. Después llegó la moda de considerarnos
todos terroristas, con la
correspondiente satisfacción que ello nos producía. Otras muchas campañas más
han fomentado que tenemos un estilo brusco, pueblerino e inculto. Ahora la
ofensiva viene por medio de una película con el título ·”Ocho apellidos vascos”,
que está teniendo unos éxitos sorprendentes en España produciendo record de
recaudación. En esta ocasión el tema tiene tintes de racismo, pues presupone
que para ser vasco auténtico es necesario tener los ocho apellidos vascos.
Bueno, pues con este tópico ramplón se crea una comedia en la que la
protagonista, una joven vasca, fría, con
genio vivo, mal encarada y fanática, se enamora de un andaluz graciosillo, que
con su simulada ingenuidad descubre las esencias más genuinas del pueblo vasco,
pues los gags sobre la vida, costumbres e historia son base para ridiculizar
nuestro sentimientos apareciendo como fanáticos de nuestra raza, bruscos de carácter
y con un alto grado de incultura. Los `personajes españoles de la película son los simpáticos que hacen a los vascos víctimas de sus “ocurrencias”. Las escenas
tienen lugar en espacios simbólicos para los vascos: Leitza, en la montaña y
Getaria en la mar, lugares y con oficios
minoritarios. No parecen hacerles reír nuestras modernas y cosmopolitas
ciudades, con museos y edificios espectaculares. Tampoco les debe hacer gracia
que seamos un pueblo culto, con la mayor tasa de titulados
superiores, ni se dice nada de que tenemos la más alta renta per cápita de
España con el índice menor de paro del
país. Y debe estremecerles que el 75% de la población se confiesa nacionalista
y que prefiera la independencia. Sólo aparece lo trivial, lo que sirve para que
en España se diviertan con nuestras manías, cabezonadas u ocurrencias
populares. Por eso deberíamos permanecer vigilantes cuando algo de los vascos
satisface a los españoles. Véase si no, el caso actual de Catalunya: cualquier
noticia de esa nación es automáticamente descontextualizada, dándole un contenido que
es ridiculizado por los periodistas del pesebre.
1 comentario:
Si Javier, y el mensaje es bastante claro; se tiene que ser muy fanático, ignorante y primitivo para querer abandonar esta patria rojigualda tan ejemplar y elevada de miras....
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