LA FELICIDAD DE LOS ESPAÑOLES.
En una encuesta a nivel europeo se analiza el grado de
satisfacción y felicidad de los distintos países, mostrando que los españoles
se encuentran entre los más felices de Europa. Que se sienten satisfechos de la
vida, resaltando que la familia es la base, que el clima es agradable, que la
esperanza de vida es de las más altas y se disfruta de la paz en una monarquía en libertad. Por lo visto en la
encuesta no han participado los seis millones de parados. No dan importancia al
hecho de que la tercera parte de la población tiene dificultades para cubrir
sus necesidades y que la pobreza llega a los doce millones, de los cuales tres
la padecen severa. Tampoco han debido intervenir en la encuesta a los
que han v rebajado sus sueldos entre un 25 y un 50%. Se sienten satisfechos a
pesar de que la electricidad es la más cara de Europa. Que los impuestos son los más altos de Europa, aunque gracias al
fraude generalizado, los tipos impositivos reales son los más bajos. Parece que
no les afecta que el gobierno haya ayudado a la banca con 250.000 millones de
euros que se han detraído de la sanidad, educación y servicios sociales
básicos. Que se hayan desahuciado a casi un millón de familias de sus viviendas
por impago de sus hipotecas por carecer de trabajp, aunque esos bancos a los que
se han ayudado con fondos públicos se muestran insensibles ante la tragedia de la población..
Debe parecerles sin importancia que la clase política española ha encontrado en ella su medio de vida y muchos
están enfangados en la corrupción. Y que los funcionarios no cumplen con su
misión de servidores públicos que les
exigiría denunciar a sus jefes y compañeros corruptos.. Que la justicia la
administran jueces cuyas sentencias se basan en leyes que se oponen a los
tratados internacionales que son legislación prioritaria sobre la española. Que
existe una justicia para los poderosos a los que se aplica con magnanimidad y
se les indulta, en cambio hay otra rigurosa para la población que carece de medios
para defenderse y se someten servilmente
a inspectores fiscales, a las policías que les reprimen por ejercer sus derechos. Con
todo este panorama, afirman que son felices. Es la felicidad del necio temeroso, que no se atreve a plantarse ante
tanta injusticia. Envidia a los poderosos
que han acumulado riqueza aprovechándose de la ignorancia de la población, aunque
esa masa sin criterios, si puede, evade pagar impuestos, juega a la lotería como última esperanza
porque realmente su gloria es ganar dinero
por el medio que sea. Esas estadísticas florecen en poblaciones educadas en un
sistema acrítico que estimula el individualismo y les hace creer que el trabajo
es un castigo y que vivir del cuento da prestigio. Si, a pesar de todos estos problemas se sienten felices, pues va ser cierto que
“España es portadora de valores eternos”
1 comentario:
Siempre me había negado a creer en ese dicho de "Cada pueblo tiene el gobierno que se merece"; noticias como estas, hacen que esta postura se me tambalee.
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