TOO BIG TO FAIL
Con esta expresión The New York Times venía a responder a
los que, en referencia al riesgo de insolvencia
de Goldman Sachs, afirman “¿Qué otra empresa sabe que no será nunca
declarada en quiebra, haga lo que haga?”. El Wall Street Journal informaba recientemente
que la banca española ya ha logrado el nivel de beneficios previos a la crisis.
Por si se entiende de manara incorrecta: la banca española ha recuperado su
capacidad de generar beneficios en un contexto en el que la actividad ha caído
un 25%. Con un paro de seis millones de trabajadores. Habiendo recibido ayudas
por 250.000 millones del Estado. Con una tasa de falencia del 12%. Con una
limitación drástica del crédito a la
industria y a las economías domésticas. Con un sistema perverso de
financiarse al ser receptores de fondos del BCE al 1%, los cuales presta a su
vez al Gobierno al 4, 5 ó 6%, según la prima de riesgo. Cabe preguntarse si en
sus cuentas de resultados se incluyen los costes financieros de la disposición
de esas importantes ayudas que recibe. Y, aunque las devoluciones de los fondos
recibidos a préstamo no afectan a los resultados, están equilibrados sus
balances al tener unos pasivos tan elevados, con riesgo de volver a tener que
ser rescatados por imposibilidad de cumplir con sus compromisos? De ahí la
pertinente afirmación de The New York Times “Demasiado grande para quebrar” El
ciudadano interesado e inquieto por la marcha de la economía se sorprenderá por
ver que a los bancos les es irrelevante la coyuntura y pensará que en el sector
financiero no existe inquietud alguna, pues sabe que siempre estará detrás el
Estado para cubrir sus necesidades, aunque haya que detraer fondos que están
dedicados a atender necesidades sociales de las que dependen servicios públicos
esenciales. El Gobierno se limita a dar datos mostrando que la crisis está
superada, sin mencionar ni de lejos la presión vergonzante a la que le someten las entidades
financieras. Sólo informa de que la banca ha salido del riesgo y se felicita
porque “ya ha vuelto a tener los beneficios de antes de producirse la
crisis”. Como denunciaba Bertolt Brecht
“Poca cosa es robar un banco, comparado con fundarlo”
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