domingo, 5 de enero de 2014

LOS "CUENTITOS" DE SACYR-VALLEHERMOSO



LOS  “CUENTITOS” DE SACYR-VALLEHERMOSO
La picaresca española ha llegado a constituir un estilo literario en todo el mundo. Los empresarios españoles la han incorporado a sus negocios y en especial las constructoras que han hecho de ello  un arte. SACYR se adjudicó las obras de la ampliación del Canal de Panamá, una operación de dimensiones colosales que suponía para la empresa entrar en el club de las grandes constructoras planetarias. Sin duda que con gran repercusión en el prestigio de España. Para su adjudicación se movieron todos los resortes económicos, políticos y diplomáticos  que puso en activo el Gobierno.  Logró su adjudicación con una baja de mil millones de € sobre la empresa competidora que le seguía. Era una “baja temeraria”, lo que supondría automáticamente la eliminación del concurso. No fue así y siguió en el concurso. Pero es que en el plan se contaba con la experiencia acumulada desde tiempos inmemoriales por las constructoras españolas que para adjudicarse la obra la presupuestan con el único propósito de cubrir costes, pues saben que a lo largo de la obra van a poder hacer  cargos a la propiedad en base a mil triquiñuelas que es lo que conocen bien.. Así la Ciudad de las Ciencias y las Artes, de Valencia tuvieron un coste final del quinientos por ciento sobre el presupuesto y otras más que haría tedioso su detalle. De esta manera logran obtener los beneficios que rentabilicen la obra, sin tener que pasar por afinar el presupuesto para competir con los otros que luchan por lograr el  contrato. Las constructoras españolas saben que las obras públicas  se adjudican con esa picaresca que se incluye en los pliegos de condiciones. Según un experto, con el presupuesto no se lograba ni cubrir el costo del hormigón. Ahora que ya está realizada la obra en su setenta por ciento, SACYR presenta al gobierno de Panamá unos sobrecostes superiores a los mil millones de €, amenazando con paralizar la obra si no se le abonan en el plazo de veinte días. La jugada tiene eco en la prensa internacional: periódicos como New York Times, Wall Street Journal, y otros que disponen de información rigurosa, han traído a primera página el asunto en términos entre grotescos y humillantes, lo que contribuye a deteriorar la ya muy desprestigiada Marca España que tanto cuidan su  prepotente Presidente, don Carlos Espinosa de los Monteros y el inefable don Juan Carlos Gafo, quien tuvo el detalle amable de poner en twiter con  afán de facilitar las relaciones entre Cataluya y España, “Catalanes de mierda, no os merecéis nada”. Ahora el gobierno manda a Ana Pastor, Ministra de Fomento, a solucionarle el entuerto a SACYR, aunque el Presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, ya ha respondido al chantaje de la empresa que sus argumentos son “cuentitos”, que no piensa aceptarlos y que la obligará a finalizar las obras de acuerdo con el presupuesto y el calendario establecido. A las constructores españolas habría que aclararles que el país ha dejado ya de ser su huerto privado, que en el mercado internacional no les protegen como en España. Que el Gobierno les creó “El Banco Malo” para que eliminen de sus balances  todos los pisos sin vender, los préstamos fallidos de los bancos y otras basuras que serán pagadas con cargo a los fondos públicos. Parece que las autoridades españolas no aprenden: en Argentina nos nacionalizan REPSOL, en Bolivia, a IBERDROLA, en Venezuela, al SANTADER… y un ilustre periodista en una tertulia se quejaba con amargura: “Pero qué es lo que tienen contra nosotros, será porque no nos perdonan que fuéramos los que descubrimos América?”






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