domingo, 12 de enero de 2014

EL JUEZ ELPIDIO JOSE SILVA



EL JUEZ ELPIDIO JOSÉ SILVA.
Con apariencia de torpe y desgarbada y con una figura entre cómica y quijotesca, en las apariciones en la televisión defendiendo su posición ante las aparentes humillaciones a las que le están sometiendo otros  jueces, fiscales y estamentos judiciales superiores,  surge una personalidad amable, dialogante, aguda y segura de sí mismo, que parece que dispone de información capaz de crear una crisis que vaticina apocalíptica. Los hechos le van dando la razón y la denuncia que se le hizo por encarcelar a Blesa por diversos delitos, han quedado sin efecto. Ahora pasa a atacar con argumentos que necesariamente tienen que ser reales y verdaderos, pues de lo contrario sería una temeridad y se expondría a bajar a los infiernos. Se dispone a escribir un relato de todo el affaire que promete ser demoledor para todo el estamento judicial y que, según los indicios que ha dado a conocer, va a suponer la acusación de prevaricación contra los jueces y fiscales que han intervenido en su salida de la judicatura y pone en tela de juicio la independencia de los poderes que configuran la justicia.  No es de desdeñar que se trate de un ajuste de cuentas entre este mundo privilegiado y opaco de los jueces que están mostrando tan escasa profesionalidad a juzgar por los criterios hechos públicos por el Juez Silva. Alguien podría acusarle de que se está sirviendo de todo para defenderse, pero el observador perspicaz puede concluir que la independencia de algunos jueces está en entredicho. Que se tapan muchos defectos, errores y casos en los que están implicados jueces y fiscales. Que de vez en cuando hay noticias que  explotan sin control, como la revocación por el TEDE de la Doctrina Parot que ningún juez tuvo el coraje de denunciar que vulneraba los principios generales del derecho. Que la reacción ante la sentencia ha sido de rabia, de humillación y que han tratado de defender lo indefendible. Claro, todo esto y mucho más está en la mente del Juez Silva, que parece que será el detonante para que el caso Blesa y el de Caja Madrid sea conocido en sus más tenebrosos detalles y que el citado juez se trasforme en águila poderosa por ser portadora de la verdad, desde el humillante lugar que le habían colocado sus acusadores con bases tan superficiales y erróneas que, a la vista está, no pueden servir para una acusación con criterios sólidos. Una vez más es hora de reivindicar los jurados populares y dedicar a los jueces a tareas menores, como archivar, llevar notificaciones de desahucio y participar en tertulias, escribir artículos en los que muestren el contrate entre lo que saben de leyes y cómo lo aplican. Sería la gran aportación de los jueces que saben muchas leyes, pero que tienen personalidades bipolares.

No hay comentarios: