Elogio de la sinceridad de García Margallo, Ministro de
Exteriores.
En unas declaraciones en la
televisión el Ministro de Asuntos Exteriores dijo con aspecto sombrío, que el
Gobierno no sabe qué hacer para dar solución a la crisis económica, que sus
intentos de solución pasan por la técnica de error-error-acierto para ver si en
alguna tienen éxito. Al menos se agradece su humillante sinceridad, pero uno se
pregunta horrorizado en qué manos estamos. Como afirmó Ignacio Ramonet en una
conferencia, sólo hay tres formas posibles para salir de la crisis: una es la
lógica, por lo que no será la implantada y otras dos producto de mentes como
las de los políticos que nos lideran. Lo razonable sería tratar de profundizar
en las medidas para fortalecer la Unión Europea haciendo los cambios adecuados
para que las políticas económicas y sociales revitalicen la idea de los
fundadores del proyecto ilusionante de una Europa unida para la consecución de
la paz. Pero no será esta la que se imponga porque el Sistema perdería protagonismo en beneficio de otro con
contenido social. Otra que puede que se les ocurra a los políticos españoles
sería salirse del Euro a pesar de las tremendas consecuencias que de ello se
derivarían. Que se lo pregunten a los seis millones de parados y a los que
están sumergidos en la pobreza sin expectativas. La tercera sería la que se
plantea habitualmente el sistema capitalista cuando la crisis es incontrolable:
se llama a los militares, quienes aplicarán aquellas tan simplistas de
organizar un conflicto armado a escala mundial y así solucionarán con sus
criterios de fuerza y rigidez los problemas tan complejos que crean los
civiles. La gente de armas simplifica todo con ellas y se ríe de las
complicaciones que se crean los civiles. Tenemos muchas experiencias de estas
delirantes actuaciones. Como es lógico fracasarán al dar un tratamiento elemental
a problemas complejos, devolverán de nuevo los poderes a los civiles después de
los destrozos y de culpar a la izquierda y a los intelectuales pusilánimes del
desastre. Aunque conviene no olvidar que los periodos de auge económico son
consecuencia de las fases de reconstrucción de las ruinas que producen los
militares con sus guerras y sus ideas luminosas, como corresponde a mentes preparadas para
solucionar los problemas mediante la violencia.
1 comentario:
algunas mentes abiertas debieran cerrar por obras
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