LIBERTAD CONQUISTADA Y LIBERTAD OTORGADA
El Sistema siempre ha sido
muy cauto a la hora de definir la
libertad, pues está difundido que es una exigencia cada vez más valorada por la ciudadanía. Por
eso en los mítines electorales los políticos alardean de
promover la libertad. Pero la que
ofrecen es otorgada: es la retórica del preámbulo de la Constitución o de las polémicas en las tertulias sobre
temas intrascendentes que apasionan a la
plebe y al escucharlas se siente libre. Libre para votar entre partidos que se
ciñen a los límites de la Constitución vigilada por militares y proclamada por quienes aceptaron la
Transición. Es la clase libertad
asfixiante que nos han reiterado hasta la saciedad en la escuela controlada por maestros adoctrinadores
o curas a los que se les encargó del control mental de los alumnos. Y en los
medios dirigidos por profesionales bien cebados
en los abrevaderos del poder. En cambio, los creadores de opinión se preocupan
de potenciar la auténtica libertad: es
la que se conquista a diario en los puestos de trabajo, en las aulas de la
universidad por profesores o intelectuales críticos que la proclaman con el correspondiente riesgo de ser controlados e investigados por la policía política que tienen como responsabilidad
que “la libertad no se convierta en
libertinaje” Son los apóstoles de la máxima: “el límites de tu libertad está donde empieza la mía”. Son las
consignas que limitan realmente la libertad y que los expertos en control de
las masas cuidan como el principal factor para estabilizar el
régimen de libertades otorgadas y que no
se desborde. La expresión máxima de esta clase
de libertad otorgada es la que se ejerce en las elecciones periódicas en
las que los candidatos de los partidos son subvencionados generosamente con fondos públicos para los que aceptan el sistema, pero ponen toda clase de limitaciones a los
que legítimamente tratan de cambiar las leyes en busca de la libertad que los poderes del Sistema niegan sirviéndose de los medios más
abyectos, tal como se está comprobando en la crisis que está provocando la
convocatoria del referéndum en Catalunya, que el estado impide por considerarlo
ilegal, para decidir si la población
desea constituir un nuevo estado y salir
de España. Es la libertad que el pueblo catalán quiere conquistar y la
conseguirá si persiste sin desmayo en el intento, pero que saben bien que ese preciado valor de la libertad para decidir tiene que superar
el duro proceso de superar los tremendos
impedimentos que está poniendo el Estado español en defensa de la sagrada integridad de la patria.
Lo que se consiga en Catalunya como consecuencia del proceso el 1 O será
indicador de la libertad conquistada para todos los pueblos del estado
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